Hablemos de los presupuestos

Enredados en una guerra de opiniones nos olvidamos de la principal batalla que se avecina: la aprobación, la discusión al menos, de los presupuestos. Y es que cada uno sabe cómo se ajusta la renta de cada cual  para cubrir las necesidades y obligaciones con los ingresos de cada cual.

Los presupuestos que salgan de los acuerdos políticos tienen, igualmente, que cubrir las necesidades de sus conciudadanos: habitabilidad,  entendiendo como tal un techo y la manutención, la sanidad y la  educación como piezas fundamentales de una vida digna. Y para eso hacen falta unos ingresos, vía impuestos, que deben ser justos y tienen que ser suficientes.

Dicho todo esto, que parece una razón de Perogrullo, se convierte en largas discusiones y posiciones encontradas según la bandera que agiten nuestras señorías. 

Parece claro que hoy por hoy nadie querrá renovar, otra vez, los presupuestos de Montoro pues la sociedad no lo puede aguantar. También está claro que los dineros que repartirán desde la Unión Europea tienen en buena parte, destino determinado. Y es más claro aún que el papel del Estado, a través de sus representantes, tienen la obligación de extremar la transparencia y la prudencia a la hora del reparto. Y esto vale para todas las administraciones en la cuota que a cada uno corresponde y teniendo en cuenta que la prioridad es la ayuda a las personas más necesitadas, a los colectivos más perjudicados por culpa de esta maldita pandemia. La presidenta de Ciudadanos – la memoria que nos recuerda que eran un partido social-demócrata primero, de centro después y finalmente compañero de la derecha – quiere un presupuesto que no le guste al populismo del gobierno. ¿?. ¿Es populismo el Salario Mínimo Vital? ¿los subsidios a las PYMES? ¿Los ERTE que ayudan a los parados? No. Es la diferencia entre un ejecutivo de izquierdas y un gobierno –pongamos que hablo de Madrid – con PP, Ciudadanos y Vox haciéndoles la ola.  

Nos toca vivir una etapa distinta a lo conocido hasta ahora y algo hemos aprendido ya: la necesidad de la unidad, aparte de las diferencias políticas que nos separan a unos de otros y la solidaridad que nos hace mejores. Y nuestra historia reciente: la sanidad desmantelada por los gobiernos de derechas, las ayudas a dependientes escondidas en un cajón y la precarización en la enseñanza. Y eso se cambia con unos presupuestos sociales. Por eso que hay hablar y mucho de ellos.

Hablemos de los presupuestos

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