La herencia

Otra vez, y ya viene a ser aburrido, Mariano aludió a la herencia en medio de la algarabía de sus comilitones para responder a una intervención del nuevo secretario general del PSOE.
Ya saben: caos, muerte, miseria y ruptura de la patria grande y libre. Aquel gran país que heredó, directamente de Franco primero, de los siete magníficos de Fraga, después “afabanda popular”, en frase de Forges, más tarde el PP de la gaviota que hoy es, también el de Matas en la cárcel con Bárcenas y a la puerta Fabra y en la cola casi doscientos cargos desde Fisterra hasta Punta Umbria. Y no lo digo yo sino los jueces, el fiscal general –cansado, vencido, de tanta corrupción– e incluso el Borbón que tiene en la familia un claro caso…
Pero es que, además, la herencia que deja a nuestros nietos (a los suyos, no, claro), deuda de las empresas públicas, ha crecido en  veinte mil millones durante su mandato y, al tiempo, el patrimonio de los ricos alcanzó un registro récord que supera en un 25% el dato de 2011 y casi supera las cifras previas a la crisis.
La herencia de Mariano, para nosotros, nuestros hijos y nietos –que no para los suyos– es una devaluación en la masa salarial entre el 9 y el 13% bajo su éjida y un aumento en los servicios: desde el precio de la electricidad hasta los peajes pasando por la salud, la educación y la justicia que, por sus recortes, necesitan un plus (copago llaman a lo que es repago) que sale de nuestros bolsillos (no de los suyos y por lo ya “apalancado”,  ni a los hijos y nietos de los suyos) a los que deben añadir las cuarenta y tantas medidas de Montoro para aumentar los impuestos directos e indirectos a las masas populares mientras se montaba la conocida amnistía.
La herencia de Mariano y sus cómplices necesarios, no goza de las bendiciones de la OCDE (Organismo para la Cooperación y el Desarrollo Económico) pues urge al ejecutivo español a fortalecer las políticas activas para dar más oportunidades a los parados y plantea controles a las sicavs y gravar más las rentas del capital en el IRPF, recomendando a los bancos que refuercen el capital y limiten los dividendos a sus ejecutivos y accionistas ante la débil rentabilidad y de la dependencia de la financiación del Banco Central Europeo.
Con esta herencia ¡imaginen el futuro, frates!

La herencia

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