La complejidad del pasado

Un jugoso artículo de José Álvarez Junco (“El País”, domingo 27 de enero) donde razona que a casi nadie le interesa explicar la complejidad del pasado, porque lo importante son los mitos, nos dio pie para, aquí la peña, echáramos unas risas cambiando la “verdad irrefutable” de lo que os contaban. 
Por ejemplo: ¿se imaginan que hubiera pasado si el caballo blanco de Santiago no hubiera estado en Clavijo? ¿Si la Virgen del Pilar se hubiera decantado por  las tropas francesas? Y, para rematar, ¿si nadie le pasa el balón a…., al de a mí, Sabino, que los arrollo? 
Bueno es que la derecha española lleva años, desde el siglo XIX, con un prontuario que vende como historia real para esconder sus pecados. 
Pero claro si buceas en ese pasado te das de narices con el presente ejemplo: los herederos de aquellos, puesto el pie –y esperamos que también la cabeza– en el Gobierno andaluz. 
Lo que en las redes llaman “los trillizos de la derecha”. Los mal pensados recordarán que hurgando el pasado te encuentras con Ciudadanos, los últimos socios del PSOE, ahora en la acera de enfrente…
Y es que la derecha gana cada día nuevos héroes: Alfonso Guerra, antiguo látigo del PP, nos dice que “las dictaduras de derechas son mejores que las otras”. 
Los que somos mayores recordemos a otro líder socialista –Felipe González– decir que “las dictaduras de derechas te daban patadas, pero con los zapatos limpios”. Y las de izquierda, que también las hay, son muy convincentes. 
Gadafi le regaló un equino al señor Aznar. Y ahora nos enteramos (historia reciente) de que el presidente Rajoy viajaba con abundante provisión de vino y whisky.   
Por eso la función de la historia es conocer el pasado. Y ahí, como en tantas otras cosas, nos hacen trampa. Un señor se hizo con el poder por la gracia de Dios, pero mejor es dejarlo como está por si al recordarlo aparecen nombres sonoros y de sobra conocidos. 
Aquí se corre un tupido velo al asunto de ese banco que dirigía un señor nacido en el municipio de Chantada o se ponen palos en las ruedas en el engranaje judicial para que los asuntos pierdan fuerza, se desinflen en los grandes medios de comunicación y el personal se dedique al pelotón o a llorar las tragedias humanas que causaron víctimas, sin hacer ni puñetero caso a los dramas que destrozan la vida a los vivos…

La complejidad del pasado

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