La culpa es de la Academia

Están los del PP tan contentos con haber incorporado a su himno lo de “por el mar corre la liebre y por el monte la sardina”, cuando la RAE les “saca la lengua”, explicando a los ciudadanos lo que es la posverdad: distorsión deliberada de una realdad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en el personal. O sea lo que nos hace don Mariano y sus mariachis cuando nos cuenta esas trolas de que estamos de p.m. y que repite…
Contrataca el Partido Popular y lleva al Congreso una iniciativa contra las noticias falsas. Defiende así que todo es una posverdad, y que, por favor, nos creamos que “España va bien”, “Salimos del túnel”, “Gürtel no existe, es una mentira de los rojos”; yo –dijo Mariano Rajoy– nunca tuve que ver con los gastos electorales”, “No hubo rescate bancario”, “lo normal con los ordenadores es destrozarlos a martillazos”, “estamos en el buen camino”, “el cambio climático es un invento”, y así –no me da el espacio para todo– hasta trepecientas mil desde los tiempos de José María Aznar hasta ayer por la tarde, pues no estará de más recordar la mayor con aquello de” las armas de destrucción masiva”, a la que siguió “España no mandó soldados a la guerra”, pasando por la gran mentira en el mayor atentado que sufrió España en Madrid y las mentirijillas sobre “los hilillos del Prestige”…
Lo que sucede es que en la Real Academia Española le “sacan la lengua” y abrillantan algunas de las cosas que no entendíamos.
Así aporofobia es desentenderse de los pobres o desfavorecidos y postureo es la actitud artificiosa que emplea con los poderosos (eléctricas, firmas del Ibex, etc.) por conveniencia o presunción y pasada nos recuerda “las pasadas de frenada” de una forma exagerada, fuera de lo normal para explicar las mentiras que se citan en los párrafos anteriores.
Pasada, pues, la noche buena que nos mandan los cánones, y esperando que se marche pronto el 2017, vamos con algunos asuntillos que, una vez pasados los brindis, nos devuelvan a la realidad: gestionar la Autopista del Atlántico le da dolor de cabeza al ministro del ramo” y a nosotros como gestiona el ministro las autopistas (hay que rescatarlas con cinco mil millones) nos pone a cien. Y no les cuento lo que pensamos de esa historia del buen camino al enterarnos de que Galicia suspende en el índice nacional de servicios sociales.

La culpa es de la Academia

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