¿La culpa es del cha-cha-chá?

El dilema es si se trata de un incompetente o si es culpable por acción u omisión. En el fútbol lo tienen claro: que no marca el “7”, pues echamos al entrenador. Y luego están las cuentas, que suelen dejar en mal lugar a los cuentos.
Por ejemplo, Luis de Guindos, para ese chollo en Europa, consiguió 331 votos. En contra sumaron 306 y si añadimos las 64 abstenciones, tenemos que la suma final lo deja en mal lugar a él y a su padrino Rajoy.
Rajoy, por cierto, es el máximo responsable de la reforma del Código Penal, de la Ley Mordaza,de obstruir la Ley de la Memoria Histórica, de poner en peligro la libertad de expresión (otro tirón de orejas desde los tribunales europeos; de los regalos a las eléctricas, la banca y las constructoras; de los drásticos recortes que empobrecieron a millones de españoles; de la ley de amnistía fiscal; de la politización de la justicia, lo que mereció reproches desde Bruselas.
También es responsable de la actual política de vivienda, que favorecerá a los fondos buitres y, es el responsable de que su partido se siente en el banquillo de los tribunales.
La penúltima: otro cómplice declaró que facturaban en B los actos electorales del año 2007, promoción de Rato incluida, además de la primera comunión de la hija de la exalcaldesa de Alguete y un nuevo capítulo de la fundación ilegal del Partido Popular valenciano recoge nuevos datos de la corrupción sistémica en el partido del que el presidente del Gobierno fue secretario, organizador de campañas y ahora el jefe máximo.
Son muchos los que acusan a Rajoy de apartar los temas más complicados y del filibusterismo de partido que convierte en un teatrillo las sesiones del Congreso y el Senado. Pero un resumen de todos los reproches suma el plan perfecto para ejecutar su política: sumiso con Europa, grato a los grandes intereses económicos y pusilánime con los poderes fácticos.
Aquí uno de sus más fervientes seguidores, que presumió (ahora menos, no crean) de ser el adelantado en los recortes, sigue empeñado en imponer una nueva Ley de la Salud, que, según la oposición, es la supresión de las áreas comarcales, lo que supone una supresión de servicios y, según la plataforma en defensa de una sanidad pública, es una forma encubierta de entregar los servicios a empresas privadas.
Volvamos a Mariano Rajoy: ¿Lo han visto en la televisión bailando? Vale. Pues la culpa no es del cha-cha-chá.

¿La culpa es del cha-cha-chá?

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