DE NACIÓN Y NACIONALES

Las cosas claras: la nación es el conjunto de los habitantes regidos por un mismo gobierno. Así que, señor Rajoy, la nación no es la bandera, los ríos y los montes; las autopistas y las empresas de conservas o las fábricas de coches, sino la suma de un pueblo que se constituye en estado autónomo.
Vamos eso dice el diccionario que no la troika (D.E.P.) ni la señora Merkel. Así pues, el estado de la nación (sus ríos, autopistas, trenes de alta, media y escasa velocidad, equipos de fútbol y registradores de la propiedad) pueden ir de p.m. y los ciudadanos que componen esa nación ir “arrecú”.
Entonces va un señor y te dice que la banca está que se sale (no te cuenta que le costó a los ciudadanos que hacen nación más de cuarenta millones de euros) y te cuenta que las exportaciones suben como la espuma (y se calla que se debe a los precios competitivos que suponen que los ciudadanos pasaron de trabajadores a un punto menos que esclavos) y presume de subir las pensiones (0,85 céntimos al mes a una amiga de Sofía), pero calla que los pensionistas tienen que optar entre la cena y la medicina.
Y mientras su nación (la de Blesa-Rato; Gürtel-Pokémon y otras más que ya aburre repetir) han reunido más dinero que los recortes en sanidad, educación, dependencia, becas, etc., sigue insistiendo en la luz al final del túnel.
¡Coño, la luz! La luz subió sesenta veces más que los sueldos a lo largo de siete años y en esa proporción subió el número de los llamados “pobres energéticos” y el “estado de la nación” que nos pinta Mariano, tras años de estado de sitio para la ciudadanía (los nacionales, los que habitan, gozan o sufren según camine la nación), ni con tres copas de más lo puede imaginar el autor de Alicia en el país de las maravillas…
Ahora, cuando se acaba el tiempo, nos viene a ofrecer el oro y el moro y si “el deber le obliga” (que dijo cuando inició el “recorticidio) después de San Martín, si sigue ahí, volverá a meter la tijera. Y es que ¿si nos engaño una, dos, tres veces, por qué ahora la suya va a ser “palabrita del Niño Jesús”?.
Y ¿recuerdan? acabó como Fraga, como Franco, ordenándole a su rival que “por aquí no vuelva”.
Eso han dicho (encuesta CIS) el 68% de los ciudadanos: no nos gusta Mariano ni sus programas.

DE NACIÓN Y NACIONALES

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