LA DULZURA DEL MÚSCULO

Las negociaciones entre la dirección de Lantero y el comité de empresa han dejado de estar en punto muerto. Después de varios encuentros en los que las posturas eran inamovibles, el mediador, o sea, el Consello Galego de Relacións Laborais, ha dicho basta ya y ha instado a la cartonera a dejarse de monsergas y a suavizar su plan de despidos y recortes. El hecho de que lo digan desde este organismo dependiente de la Consellería de Traballo e Benestar es muy significativo. De hecho, como no podía ser de otra manera, la cúpula empresarial se ha comprometido a estudiar la propuesta y presentar otro plan que le permita la viabilidad, pero no tan agresivo como el que ahora está encima de la mesa. Entrentanto, la otra parte también ha dejado de estar inmóvil bajo una idea. Si bien mantiene el lema del “Ou todos ou ningún” en clara alusión a su negativa a aceptar cualquier acuerdo que suponga despidos o recortes, sí se han manifestado dispuestos a asumir la flexibilidad horaria propuesta por la patronal. Es poco. O casi nada. Pero supone un paso adelante. Hoy retoman las conversaciones, pero mucho me temo que servirán para verse las caras, saludarse, cumplir con el protocolo y poco más. Ambas partes estarán pendientes de lo que ocurra esta noche. La manifestación será el barómetro de la negociación del último día. Si resulta un éxito multitudinario, con una respuesta unánime de la sociedad civil arousana, a la dirección de la empresa no le va a quedar más remedio que recular y buscar los recortes en los gastos superfluos u optar por una tercera vía. Ahora bien, si por cualquier motivo entienden que la respuesta ciudadana no ha sido rotunda, es posible que se mantengan en sus trece. Esto es una hipótesis. Una suposición.  Pero tengo claro que la manifestación de hoy tendrá peso específico en las posturas que adopten las partes en el conflicto y en el futuro inmediato de Lantero. Es la dulzura que ofrece el músculo.

LA DULZURA DEL MÚSCULO

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