Jolgorio, turismo y diversión

El turismo es una de las fuentes de riqueza más importantes de la comarca de O Salnés y así lo demuestran los datos económicos año tras año. Bien sea de forma individual o mancomunada, los concellos tratan de mostrar sus encantos en todas las ferias del sector con cierto prestigio. El objetivo es consolidar la marca y, sobre todo, desestacionalizar la afluencia de visitantes, centrada en los meses vacacionales del verano.

Toda esta labor está dando sus frutos como lo demuestra el hecho de que cada vez se crean más productos y que crezca el empleo en el sector servicios, si bien todavía de un modo precario y lejos de la estabilidad que se requiere para fortalecer la economía.

El crecimiento turístico, con todos los beneficios que conlleva, también puede generar problemas si no se regula y ordena la actividad de un modo adecuado para que las empresas, que invierten mucho dinero en sus negocios, sean capaces de mantener la actividad a lo largo de los doce meses del año.

De un tiempo a esta parte se han puesto de moda las despedidas de soltero y de soltera a lo grande. Grupos de amigos se reúnen y buscan un lugar atractivo en el que puedan encontrar toda la diversión que buscan, aunque en algunas juergas se roce el mal gusto. Tenemos claros ejemplos en el Levante español donde estas celebraciones se están convirtiendo en un serio problema de orden público y ya no son pocos los que piensan que la apuesta debe centrarse en la calidad y no en la cantidad.

Para evitar estos excesos es preciso que los municipios turísticos, que son los que cuentan con la infraestructura, sean capaces de fomentar un turismo alternativo, al tiempo que se dotan de herramientas como las ordenanzas que les sirvan para combatir situaciones desagradables en la vía pública.

Sanxenxo es consciente de ello y se ha puesto a trabajar. Las despedidas de solteros que no se ponen límites pueden acabar con años de promoción de un destino vacacional y familiar. En la norma que pretende aplicar, y que todavía debe discutirse para matizarla y mejorarla, se incluyen sanciones económicas importantes a quien muestre los genitales u orine en la vía pública.

Esta medida puede sorprender en un primer momento, pero basta un recorrido por ciertas zonas a determinadas horas para comprobar que estas prácticas no son tan inusuales. No es extraño encontrar a grupos de amigos o amigas mostrando sus partes íntimas por las calles o toparse con alguna pareja practicando sexo.

De momento el problema no es tan acuciante como en otros lugares turísticos, pero podría ir a más y situarse en un punto de no retorno. Por ello el Concello de Sanxenxo hace bien en plantar cara a los desmanes porque una cosa es divertirse y disfrutar de la llamada movida nocturna y otra muy distinta convertir el jolgorio en un riesgo para el conjunto de la política de promoción turística que se realiza durante todo el año y que cuesta ingentes recursos. 

Jolgorio, turismo y diversión

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