LOS PEQUEÑOS DETALLES

En pleno debate sobre el modelo de organización futuro del Concello de Vilagarcía, con sorpresa incluida por el ofrecimiento del PP de Tomás Fole al PSOE de Alberto Varela y Tania García, de firmar un pacto estable de gobierno, resulta que el comentario en la calle gira por otros derroteros. El personal ya está aburrido de la subasta del salario del alcalde y lo que quiere, además de que se acabe este culebrón, es que los gobernantes se interesen por los proyectos estratégicos de la ciudad, pero también por las cosas pequeñas. Un asfaltado a tiempo, un punto de luz en el lugar adecuado, una reunión en el momento justo o utilizar la palabra esperada son aspectos de la política local que pueden marcar el devenir de cualquier gobierno. Los detalles son importantes. Más de lo que parece. Por eso, los políticos no deben relajarse en ningún momento porque puede saltar la sorpresa cuando menos se lo esperan. Basta dar un par de vueltas por el centro de la ciudad para darse cuenta de que algo no encaja. Vilagarcía está en vísperas de sus grandes fiestas de San Roque y espera a miles y miles de personas, sobre todo el domingo con la Festa da Auga y la celebración vespertina del día grande. Como estamos hablando de política local, el localismo, en según qué cosas, se convierte en una cuestión preferente para el vecino. Y les digo esto porque en el alumbrado que lucen las calles vilagarcianas en fiestas, se puede apreciar con claridad como la capital arousana promociona de forma ostensible el santuario de la Virgen Peregrina de Pontevedra. Sí, en Vilagarcía, en las fiestas de San Roque, no hay arcos de luces con los elementos que caracterizan la ciudad, sino que se fomentan los de Pontevedra. Habrá que preguntar si se debe a que estos arcos son sobrantes de la Festa da Peregrina, que se celebra estos días, o responde a algún otro motivo. Desde luego, en el momento en el que se tomó la decisión de obviar lo local y promocionar a Pontevedra en las fiestas de Vilagarcía no había muchas luces que digamos. A veces, los pequeños detalles, son capaces de empañar políticas con altura de miras. Y este es un claro ejemplo.

LOS PEQUEÑOS DETALLES

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