El gurú de La Moncloa

o conozco a Iván Redondo y por tanto no tengo una opinión definida sobre él. Desconozco si es un “genio” o un simple mortal, porque solo sé lo que otros cuentan y a través del criterio de otros llego a mis propias conclusiones. Hasta hace unos días algunos le consideraban poco menos que el tipo más listo del país, el “gurú” que marca a Pedro Sánchez qué debe de hacer y por dónde debe de ir, incluso aseguran que es quien mueve los hilos del poder desde la sombra.
Conozco gente que estaba encantada de hablar, desayunar, almorzar, cenar, escuchar y codearse con Iván Redondo. Que presumían de estar en los “secretos” de la Moncloa porque, decían eso de “es que me ha comentado Iván....”.
Ahora Iván Redondo es objeto de todo tipo de criticas dentro del PSOE y desde fuera también las criticas le arrecian. Los que hasta ayer le consideraban un genio infalible hoy le critican sin piedad por, dicen, haber provocado unas elecciones y haber convencido a Pedro Sánchez de que moderara su discurso y buscara los votantes de centro.
Como yo paso de ser políticamente correcta y sobre todo porque no conozco, ni creo que vaya a conocer, al señor Redondo, me voy a permitir decir que en mi opinión la decisión de convocar elecciones fue acertada. Y lo fue por los argumentos que esgrimió Pedro Sánchez, no sé si inspirados o de cosecha propia. Una parte importante de nuestra sociedad estaba y está alarmada por las actuaciones de los independentistas catalanes, porque estos vengan quebrando la ley un día sí y otro también y porque muchos ciudadanos pensaban, y ahora lo van a seguir pensando, que el pensamiento líquido de Pedro Sánchez amén de sus ansias de poder, le podían llevar a cualquier cosa. Recuerden que estuvo a punto de admitir una mesa de partidos con “relator” incluido para abordar el problema catalán.
También había y hay muchísimos votantes socialistas, que no querían un pacto ni un gobierno de coalición entre PSOE y Podemos. Y recordemos que hace unos meses la negociación para ese Gobierno de coalición fue un fiasco.
No sé si fue Iván Redondo quien aconsejo a Sánchez que templara el discurso con respecto a Cataluña, que defendiera la Constitución sin dejar dudas de que fuera de la Carta Magna no había salida para los independentistas. No sé si fue Iván Redondo quien le aconsejó que elevara el tono del discurso y actuara como un auténtico defensor de la Constitución. Tampoco sé si fue Iván Redondo quien le aconsejó que se alejara de Podemos porque una coalición con esta formación puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Pero el caso es que Pedro Sánchez se “centró”, hizo una campaña con tono institucional y fue en busca de esos millones de ciudadanos que abominan de los extremos. Muchos de los traicionados por Albert Rivera.
Pero Pedro Sánchez no ha ganado las elecciones, sino que ha perdido ochocientos mil votos, tres escaños y casi una treintena de senadores. Y todo esto lo ha perdido no porque la estrategia estuviera equivocada sino por un problema de credibilidad. Hay un millón de votantes de Ciudadanos que se quedaron en casa. Es decir Sánchez no les convenció de que lo que defendía lo creía de verdad. Y tampoco le creyeron otros votantes socialistas.
De manera que no fue el mensaje sino el mensajero quién ha fracasado. Y lo cierto es que los votantes que no creyeron a Sánchez han demostrado tener razón. No ha mantenido ni una sola de sus afirmaciones políticas y compromisos. Ahora toca denostar a Iván Redondo haciéndole culpable del fracaso electoral. Y del Gobierno de coalición con Podemos si sale mal.

El gurú de La Moncloa

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