PERO, ¿A QUÉ JUEGAN?

Hoy sus señorías consensuaran, con la excepción del PP, una resolución que presentarán ante el Tribunal Constitucional para reclamar que el Gobierno comparezca ante el Parlamento. Y es que el Gobierno continúa jugando al ratón y al gato. Por una parte, Margallo no le pone reparos a explicar a asuntos de su departamento. Incluso De Guindos y Montoro quieren comparecer para explicar qué pasa con el déficit e intentar ver si es posible llegar a algún acuerdo sobre los ajustes que reclama Bruselas. Al mismo tiempo Morenés ha dado plantón al Congreso, y lo mismo otros ministros y altos cargos que se niegan a comparecer en las comisiones y sesiones de control. En la esencia del parlamentarismo está el control del Ejecutivo y aunque éste esté en funciones el Parlamento no lo está y, por tanto, puede y debe requerir a los miembros que comparezcan.
La pena es que posiblemente cuando el Constitucional responda el escenario político puede ser otro, o bien se haya llegado a un acuerdo para la formación de un nuevo gobierno, o bien estaremos en vísperas de elecciones. Pero en ocasiones hay que hacer brindis al sol, al menos para poner en evidencia la contumacia el Ejecutivo negándose a ser controlado. El PP ha perdido el norte, y si me apuran el sur, el este y el oeste. Es más los ciudadanos empezamos a observar que en el PP hay dos “almas” o acaso sería mejor decir que empiezan a ser evidentes las diferencias entre Rajoy y los veteranos del PP con los nuevos dirigentes que, por otra parte, él mismo ha sentado en Génova 13. Si se escucha a Maroto, Levy, Casado, Maíllo, la música y la letra suenan de manera diferente. Así que vemos a los “nuevos” comparecer todos los días intentando apagar los “fuegos” provocados por sus mayores.
Pero no basta con que los nuevos dirigentes tengan un discurso distinto para volver a convencer a los electores de que confíen de nuevo en el PP. La actuación del Gobierno hace inútil todo el esfuerzo de los nuevos dirigentes. 

PERO, ¿A QUÉ JUEGAN?

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