La ignorancia indiscreta

La ignorancia no es ningún delito, ningún pecado, ninguna falta. Hasta el más sabio es ignorante en muchas materias. El problema de nuestra sociedad es que los ignorantes, además de serlo, no son nada discretos, y exhiben el desconocimiento como si fuera un mérito. Una de las representantes más genuinas de este sector es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
La alcaldesa decidió dedicarle una calle a un cómico, nacido en Galicia, y que hizo la mayor parte de su carrera en Barcelona. Sus méritos deben ser muchos, pero puede que uno de los que más sensibilizó a la alcaldesa para su justa exaltación, fue cuando el cómico hablaba de “la puta España”, y ya, en su ahondamiento filosófico, llegaba a la conclusión, de que “se la pueden meter por el culo”. No es extraño que Ada Colau, rendida, le dedique, una calle.
Pero para ello ha tenido que quitársela al almirante Cervera, héroe de la guerra de Cuba, que tuvo que enfrentarse con la Armada de Estados Unidos, a finales de siglo, en un desigual combate, donde murieron muchos españoles. El pueblo de Cuba le rindió homenaje y le erigió dos estatuas, que todavía están en pie. La alcaldesa de Barcelona, haciendo alarde de su ignorancia denominó al almirante Cervera como un facha. Teniendo en cuenta que, tras su regreso a España, murió 1909, cuando los movimientos fascistas ni siquiera se habían iniciado en ninguna parte de Europa, y Francisco Franco Bahamonde tenía 17 años, parece complicado que el almirante Cervera se hiciera facha.
Es probable que la ignorante e indiscreta Ada Colau albergue ese sectarismo mental en el que todos los militares son fachas. Fidel Castro, al cumplirse el centenario de la batalla, reconoció cómo héroe a Cervera. Y en Cuba siguen sus dos estatuas; y en Barcelona le quitan la calle, porque la ignorancia unida a la indiscreción es devastadora.