El traslado del obelisco (II)

No es de recibo que una obra ya comenzada y prácticamente terminada, (faltaba solamente colocar el “obelisco” en su sitio) se tapara con el argumento de que en la Fiesta del Agua podría lesionarse alguien. Evidentemente, en la obra se ha gastado un dinero de nuestros sufridos impuestos y seguramente por aquello de que “El dinero público no es de nadie” o, lo más seguro, por unas desavenencias políticas, se pretende comenzar una nueva obra con el consiguiente e inútil gasto que ello representa. La Asociación que represento tiene en su seno personas de distinta catadura política y nunca hemos tenido el más mínimo roce pues, si bien algunos planteamientos políticos de unos u otros son muy dispares, siempre se ha notado en los componentes una cosa común, cual es, la defensa del escaso patrimonio que tenemos, desgraciadamente, en nuestro pueblo. Viene esto a colación en que las obras cuya ejecución ya se había comenzado, o incluso aprobadas por la Corporación anterior debían respetarse y creo recordar  que  el Sr. Fole había puesto de manifiesto en la firma del “pacto de gobierno” suscrito con el PSOE, entre otros asuntos, el traslado del Obelisco a la Plaza de Galicia. Por otra parte, representantes de otras fuerzas políticas habían pedido, en el último Pleno, estar presentes en la reunión con la Asociación y se ha hecho un sospechoso caso omiso de su petición lo que demuestra, palpablemente, que no existe una transparencia debidamente formalizada en los planteamientos sobre el particular. Ante esta disyuntiva, las preguntas nacen por si solas: ¿Por qué no se ha respetado la decisión de la Corporación anterior estando ya la obra prácticamente terminada?... ¿Por qué no se ha permitido a los portavoces de la oposición a personarse en la reunión?... ¿Que se temía ante este espinoso tema del traslado?... ¿Es que sería más difícil convencer a la oposición que a los miembros de la Asociación de Patrimonio? Sr. Varela: no es de recibo la negativa a ultranza de poner el monolito, la torre de reloj, el obelisco o como quieran llamarle, en la Plaza de Galicia cuando son muchísimos los vilagarcianos que lo reclaman y nosotros, como eco de ellos, tenemos que decir, lamentablemente, que se trata de un capricho político carente de la más mínima lógica. No nos queda más que invitarle a que reflexione, a que escuche a nuestra Asociación, y a que mantenga el compromiso formalizado en su día  con el Sr. Fole. Volverse atrás y escucharnos no es una derrota, es escuchar el sentir de muchísimos ciudadanos que veríamos con sumo agrado y con una enorme satisfacción ver de nuevo ese monumento en el mismo sitio en que nació.
 

El traslado del obelisco (II)

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