Esta Vilagarcía nuestra

Hace ya bastantes días denunciaba, en este mismo Diario de Arousa, las deficiencias que debían solucionarse con urgencia en nuestro pueblo puesto que, en el papel, los proyectos y las obras son lo más fácil de hacer, otra cosa muy distinta es el mantenimiento de lo hecho sobre todo cuando lo realizado demuestra, al poco tiempo, que se trata de un bodrio sin pies ni cabeza. Lamentablemente tengo que hacer mía, aunque no lo es, aquella tan manida frase de “El tiempo dará o quitará razón” y por lo que se ve, de momento me la da.
Como mis escritos iban ya dirigidos al Sr. Alcalde, esperaba yo, (iluso de mi), que, al menos, tuviese la gentileza de hacer algún comentario a favor o en contra de lo que yo en los mismos manifestaba y nuevamente tengo que hacer mía, aunque no lo es, la frase que reza “El que calla otorga” pero, con su actitud de silencio, me ha sumergido en lo más profundo de la desilusión. Ha pasado tiempo más que suficiente y veo, no sin cierto estupor, que mis denuncias le han entrado por un oído y le han salido por el otro a fin de cuentas solo son cosas de Morales. ¡Pues muy bien, Sr. Varela! sigamos caminando por esa senda, los vilagarcianos estamos ya tan acostumbrados a los disparates sin sentido que llega un momento en que hasta nos parecen cosas normales...  para desgracia nuestra. He visto en la prensa el proyecto de la Plaza de Galicia, pues mire, sigo en mis trece, en el papel se puede dibujar hasta una réplica de la Estatua de la Libertad, pero otra cosa muy distinta es el resultado final y a los hechos me remito. Analice el gasto de la Plaza de España y vea el desastre vergonzoso en que se encuentra. ¿Arreglarlo y disponerlo de otra forma? (bordillos, parterres convexos… ¡Que va! ) que siga deteriorándose hasta el infinito, no importa. En el nuevo y citado “proyecto”, observo desilusionado que los parterres, salvo que exista un dibujo o plano en 3D, al que no he tenido acceso, llevan el mismo camino de los de la Plaza de España, es decir, a ras del paso de los ciudadanos y hasta se ha dibujado en los mismos a los chicos en sus tablas de patines. ¿Significa que van a permitir patinar por la zona? ¿Cuántas veces se caerán en los setos, destrozándolos, en sus “diabluras” con esos trastos?, ¿No le parece más normal gastar el dinero, primeramente, en arreglar lo que hay que arreglar y después pensar en esa “modernización”? ¿O es más urgente esto último que lo primero? Me gustaría explicasen a los vecinos el por qué se quieren poner árboles caducifolios pues, llegado el otoño, andarán volando las hojas de los mismos por medio de los peatones quedando desnudos en el invierno. ¿Se ha pensado en esto? En fin, se ve a las leguas que han buscado la manera de evitar colocar el obelisco en la Plaza de Galicia a costa de lo que sea. ¿Qué cuesta una fortuna la peatonalización aunque no sea una obra tan perentoria? no importa, a fin de cuentas “el dinero público no es de nadie” (como dijo aquella lamentable ministra socialista Carmen Calvo). Y, solo haciendo uso de esta incoherente premisa se pueden hacer cosas así.
Reciba mi más efusivo aplauso y mi más ferviente deseo de que, en este nuevo año, el Señor, si lo tiene a bien, les ilumine. Amén.

Esta Vilagarcía nuestra

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