La crisis pone a prueba a los políticos

En los momentos de crisis es cuando se pone a prueba  la talla de los políticos frente a los depredadores del capitalismo salvaje.
A ver si paran la avaricia arriman el hombro y no se aprovechan de la desgracia ya que el 1 % poseen el 80 % de la riqueza de la población y son los principales culpables de la destrucción del planeta. Como predijo Albert Einstein, “O muere el capitalismo salvaje, o muere la Civilización”.

Un buen político poseedor de ética y moral debe pensar y hacer como ciudadano con ética, tengan  poder o no, al  ser deudor  con la sociedad que lo eligió como representante. A ver si nos damos cuenta al comprobar cómo en estos momentos difíciles se necesita el reconocimiento del otro aunando esfuerzos. A pesar de todo siempre hay una minoría de desaprensivos que se aprovechan de las desgracias.  

Da gusto comprobar la cantidad de gente que da más que recibe, como los profesionales de la sanidad y otros servidores públicos luchando por reducir la pandemia en beneficio de todos con  honestidad, lealtad y cumplimiento del deber, y una ciudadanía disciplinada que cuando los gobiernos defienden el interés general los apoyan.  

Lo malo es lo que vemos en las redes sociales como fomentan la confusión, la mentira, el insulto, fabricando noticias falsas  que muchos dan credibilidad dado que les motivan más que la verdad porque las noticias cuando más escandalosas sean más atención se le pone siendo más creíbles sin  pruebas pero excitar  emociones y los bajos instintos de los menos preparados para seleccionar y distinguir  la verdad  de  la mentira, pero a la larga siempre se impone la verdad, aunque el mal ya está hecho.  La mentira tiene las patas cortas, solo prende en cerebros distraídos o interesados, e incluso en gente de buena fe, que con el tiempo caen en la cuenta porque rectificar  es de sabios y esta rectificación en democracia es positiva para el interés general.

Pero lo triste de que las mentiras es que  hacen virales mientras la verdad no. Todos los días las autoridades y algún medio de comunicación las desmienten, pero los estados parece que no están interesados en legislar ni castigar a los falsificadores porque se dice que muchos estados utilizan la guerra cibernética unos contra otros, (como supuestamente hizo el dirigente de Rusia para ayudar a Trump), por eso no adoptan medidas coercitivas. Pasa como con los paraísos fiscales que no se ponen de acuerdo, ni para perseguir  a los delincuentes, ni para eliminarlos.

De momento está pandemia del coronavirus no se sabe su origen, ni su alcance, ni su tratamiento. Solo se sabe que ataca a los que tienen menos defensas, sin librarse ningún poderoso como pudimos comprobar. 

La crisis pone a prueba a los políticos

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