Cultura democrática obliga

El pacto entre PSOE-Podemos en el Gobierno central no vaya ser que le pase como al pacto de gobierno del PSdeG - BNG en la Xunta de Galicia, que no volvieron a ganar las elecciones por andar cada uno por su lado, lo que el PP supo aprovechar como oportunidad para propagar que en la Xunta había dos gobiernos. Lo mismo está haciendo el PP contra el Gobierno de Sánchez e Iglesias.

En España no hay cultura democrática de pactos duraderos porque los dirigentes de los partidos piensan más en la futuras elecciones que en las futuras generaciones. No miran a Alemania y otros países que pactan para defender los intereses de su país prescindiendo de intereses particulares y de partido. Tampoco miran a Francia que hubo cohabitación con presidentes de signo contrario al del primer ministro. Nuestros partidos sólo citan otros países del entorno cuando les conviene a sus intereses sectarios, por ejemplo, en subida de impuestos comparando  con los países que los tenían y así ejecutar cosas impopulares excusándose que les obliga Europa, pero cuando vienen fondos de Europa para obras y servicios muchos se los  apuntan como obras propias y en exclusiva. 

Cuando no se tiene mayoría para formar gobiernos no queda más remedio que pactar para afrontar y resolver los grandes problemas de la sociedad. Así lo hizo el PSOE y el PP cuando no tenían mayoría, pactando la investidura con los independentistas sin que estos entraran en el gobierno de España, manteniendo cada uno su aparente independencia con acuerdos puntuales, pero siempre a cambio de contrapartidas favorables para sus territorios, Cataluña y País Vasco. Así, ahora nada nuevo bajo el sol.

Ahora los grandes partidos, PSOE-PP ya no son tan grandes, por eso tanto unos como otros se ven obligados a pactar con los competidores a regañadientes. Lo hicieron el PSOE de Sánchez con Iglesias de Podemos (un bipartito) tal como lo hizo el PP con Ciudadanos y Vox en Madrid, Andalucía (un tripartito), así como en otros lugares. Lo que en otras democracias avanzadas vienen haciendo desde tiempos inmemoriales, aquí cuando lo hace el contrario es escandaloso para nuestra derecha.

Eso debiera ser tan normal y democrático, pero ambos partidos, en su afán de destruirse unos a otros, ninguno ve la viga en su ojo intentando tomarnos por tontos, mientas nuestros problemas quedan sin resolver, o mal resueltos.

Es normal que un gobierno compuesto por distintos partidos tenga tensiones. Pero, después de todo, la democracia es diálogo, tensión y compartir por imperativo de acuerdos en beneficio de todos.

Cultura democrática obliga

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