El coronavirus y la derecha

ientras la heroicidad de la sociedad civil lucha contra el coronavirus la cúpula de los dos partidos de la derecha aprovechan para atacar al gobierno. Tiempo habrá para pedir cuentas, ahora toca arrimar el hombro.
A la pandemia se suma  la incomprensión de la derecha para ganar votos haciendo política de tierra quemada egocéntrica en contra del interés general. A este gobierno le pasa lo mismo que todos los del mundo pero aquí le quieren derribar por no reconocer su legitimidad democrática.
Resulta penoso observar que la derecha española y sus medios afines están creando alarma y odios que nada ayudan.
España necesita un partido de centro derecha como los de Europa apoyando a sus gobiernos como la derecha portuguesa a disposición del gobierno.
Boris Johnson compró 20 millones de test rápidos a los chinos  y los laboratorios de Oxford le dijeron que no funcionan y nadie de la oposición le criticó, mientras los lideres de derechas, Casado y Abascal pidieron la dimisión de Sánchez por comprar test fallidos a China: que era un irresponsable, que el gobierno tenía que dimitir. En vez de hacer propuestas positivas están buscando como desestabilizar al gobierno. Les embarga una ansiedad enfermiza por ganar votos sin pensar las consecuencias. 
La ley de alarma obliga a todos por igual a quedarse en casa, pero el amigo expresidente Rajoy la saltó para hacer deporte. Lo mismo hizo el otro expresidente Aznar que salió de Madrid para Marbella en su habitual desprecio por las normas como hizo cuando estaba en oposición a Zapatero con motivo de la promulgación de la Ley de seguridad vial. Este comportamiento de los ex altos cargos demuestra que estamos a muy lejos de tener una democracia real. En un momento dado a cualquiera se le puede calentar la boca pero la ley es para cumplir aunque discrepen de ella. Todos recordamos como la derecha votó en contra de los derechos civiles como el divorcio, pero una vez aprobada por los demás partidos inmediatamente Álvarez Cascos, Secretario General del PP se divorció tres veces, la primera   con bombo y platillo en un famoso restaurante.
Muchos políticos hablan demasiado como si el mañana no existiera para juzgarle y responder de lo dicho, pero los que se llevan el récord Guinness es la derecha anclada en malas costumbres políticas del pasado.
Las oposiciones en democracia son para proponer soluciones a los problemas reales de la gente, y los gobiernos de aceptarlo. No los elogiamos para desarrollar sus bajos instintos.

El coronavirus y la derecha

Te puede interesar