Espionaje político y ciberataques

Se emplea el espionaje político lo mismo que el espionaje industrial. La guerra sigue, pero de otra manera. En la primera y segunda guerras mundiales se empleaban armas bélicas y también espionaje pero ahora se emplean las nuevas tecnologías, las redes sociales contra el amigo- enemigo para debilitar su posición en su beneficio. Es una nueva manera de hacer política para crecer a costa del otros con indeseables trampas y juego sucio, para debilitar y dividir estados para eliminar competidores. Sigue vigente la teoría de divide y vencerás. Históricamente EE.UU. y la antigua Unión Soviética se dedicaron a amenazarse con superior fuerza nuclear, luego pasaron a la guerra fría, pero aún hoy su objetivo es homogeneizar el mundo a su favor, en vez administrar bien sus propios recursos de su territorio buscan los de los demás con procedimientos  poco, o nada ortodoxos.
Hoy los dos presidentes más poderosos del mundo tienen ideas absolutistas, uno es el excéntrico Trump depredador acostumbrado al lucro personal, que se escaqueó de pagar impuestos, y otro es Putin que después de ser Presidente interino de la Federación Rusa después de Yeltsin, luego se presentó y fue elegido Presidente en dos ocasiones, 8 años, fecha límite legal que le impidió volver a presentarse, pero mientras tanto dio la vuelta y se colocó de Primer Ministro de gobierno de la Federación, que nombra el presidente de la federación. Estuvo un un tiempo y al pasar 4 años volvió a presentarse a Presidente de la Federación y ahí sigue. Adquirió sus habilidades como agente de la KGB donde se adiestró de espía, lo que le valió para llegar a la alta política. Parece ser que desde Rusia salieron ciberataques de apoyo a Trump y en contra de la rival Clinton, usando la misma técnica de ciberataques  para calentar el ambiente para el triunfo del Brexit, y ahora también llegaron a Cataluña ciberataques procedentes de Rusia apoyando el independentismo catalán. No se puede afirmar que esos ciberataques los ordenara Putin, solo faltaría, de ser verdad, es obvio que no lo aceptaria, pero lo que está probado es que vinieron de Rusia.
Lo que está claro es que ambos personajes, Trump y Putin dieron muestras de que poco creen en la democracia, y en todo caso la quieren para sí solos. Los dos quieren medrar como sea, política y económicamente a costa de los demás y no nos debemos extrañar, quieren ser las dos únicas palmeras en el desierto.
En el siglo XXI esperábamos que la política se humanizara más, pero estamos retrocediendo a tiempos pasados y perdiendo las conquistas alcanzadas con el sacrificio de millones de personas en la lucha social. Estos tipos depredadores anulan a políticos honestos y cívicos.
En Rusia Putin lo tiene todo controlado, no hay quien le haga sombra, y si le sale algún competidor pronto desaparece de escena. A Trump le resulta más difícil, en EEUU hay más contrapesos que impiden saltarse a la torera las normas en la democracia moderna más antigua del mundo. Tiene otros fallos, pero ahí los presidentes los atan en corto como pudimos comprobar en varias ocasiones. El poder político- económico en las mismas manos deteriora la democracia.

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