MALAS LEYES, Y PEORES GOBIERNOS

Hay políticos que para salir en los medios de comunicación son capaces de decir tonterías a sabiendas, como recientemente hizo la Secretaria General de Podemos en Andalucía, pidiendo la anulación de Semana Santa, muy arraigada en la sociedad y de interés económico turístico. Mal empezamos. Es costumbre de muchos políticos vivir para manipular la opinión pública, en vez de trabajar con seriedad. Se puede afirmar que las declaraciones de los gobernantes, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Programas electorales sin cumplir. Hasta el admirado Exalcalde de Madrid, Tierno Galván dijo: que los programas electorales son para no cumplir. Otra píldora del viejo profesor fue su análisis de las elecciones generales de su partido, PSP, que al tener pocos votos, dijo que eran votos de calidad, por proceder de intelectuales, extraño en un político de izquierdas. Sin embargo, hay que reconocerle la lucha por la democracia y la enseñanza. La opinión pública muchas veces es la opinión publicada. Es manipulable. Como le pasó al Presidente Adolfo Suárez, con aquello de “puedo prometer y prometo”, causando mofa, pero cumplió, a diferencia de otros, que dejaron promesas electorales sin cumplir, llevándose la palma D. Mariano Rajoy. El cumplimiento de los programas electorales debiera ser condición, sine qua non, para la credibilidad democrática y de los políticos ante los ciudadanos, y la justicia castigar el incumplimiento del contrato social. Debe de estar prohibido conseguir el poder con trampas y calumnias, y desacreditar a los anteriores, para justificar su presente y futuro de mala gestión que se avecina, endeudando a la institución gastando en obras inútiles, y en caso de perder, le cargan el muerto a sus sucesores,   y si ganan, seguirán trampeando, como quedó demostrado con los más 35 mil millones de euros, de facturas sin pagar, en los cajones de las administraciones, cuando la Ley dice que no se pueden hacer adjudicaciones, si no hay partida presupuestaria. Fueron castigadas las administraciones que lo hicieron bien, y premiadas las que hicieron mal, con el aval del Gobierno. Malas leyes, y peores gobiernos, que es perentorio corregir.

MALAS LEYES, Y PEORES GOBIERNOS

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