NO HAY NORMAS ISO PARA GOBIERNOS

Las normas ISO son para garantizar la calidad del producto, servicio, lo mismo ocurre con órganos de control para garantizar la calidad de los medicamentos, alimentación, tráfico, salud, hacienda, obligando a pagar impuestos, y todo por interés general. Sin embargo, no hay nada para controlar la gestión y la calidad de los políticos. Los hay que lo hacen bien, no son reconocidos, otros lo pueden hacer muy mal, y no pasa nada.
Un gobernante, en democracia, puede conseguir revalidar la reelección al cargo mintiendo bien, no tomando la cosa en serio, haciéndose el simpático, lo que  se llama talante, arruinando  a los ciudadanos de cara al futuro, sin que se den cuenta. Lo prueban hechos concretos como el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el famoso Alcalde Gallardon, lo endeudó a más del tope (8.000.000 euros), fue reelegido por mayoría absoluta tantas veces como quiso;  dejó la Alcaldía para ser Ministro de Justicia, el más tirano de la democracia, poniendo en contra a todos los órganos judiciales, y sectores de  la población, por las alocadas decisiones que perjudicaron  el interés general, la democracia y el Estado de Derecho.  
Es la hoja de ruta, como se dice hoy, de demasiados gobernantes, disimula bien sus verdaderas intenciones, como hizo Gallardón engatusando a la ciudadanía, como el flautista Hamelin, llevando a los ratones al río, igual que  nos llevaron a nosotros con la crisis, por ser malos gobernantes, que ahora se acusan unos a otros. Han pensado más en las próximas elecciones, que las próximas generaciones.  No les pasó lo mismo en los países escandinavos, con climatología adversa, empezaron por reconocerse y decirse: “somos un país pobre, nuestra mejor defensa es la educación, la formación cívica”, primando el interés general, por eso no hay corrupción. Los representantes políticos prestigian sus institucionales. Tienen la mejor democracia, prosperan, y nadie está por encima de la Ley.

NO HAY NORMAS ISO PARA GOBIERNOS

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