La palabra de muchos políticos no vale nada

ue la izquierda no sea tan buena lo sabemos, pero siempre fue contrapeso a una derecha egoísta y por ser elegidos en urnas pueden y deben formar gobierno. Mientras. las derechas quieren otras elecciones. Por eso fomentan el cuanto peor mejor para ellos pero mal para los intereses generales. La irresponsabilidad política es la verdadera causa de que rompa la España transversal; mucho peor que las proclamas independentistas que quedan en opiniones que no se pueden llevar a la práctica por falta de base legal. Pero es obligación de Estado corregir las injusticias sociales provocadas por los gobiernos anteriores.
Los dirigentes políticos del PP ahora están enzarzados en contra del nombramiento de la fiscalía general del Estado como hicieron todos los gobiernos en estos cuarenta años de democracia. De sobra saben y sabemos que el PP siempre hizo lo mismo cuando gobernaron, a saber: nombraron fiscales generales a Ortiz Urculo, Consuelo Melgar, Cardenal, Torres Dulce, (que dimitió por discrepancias), Consuelo Madrigal y Maza. Y ahora para liarla no quieren a Dolores Delgado independiente en el PSOE. El PP no recuerda cuando nombró Presidente del Tribunal Constitucional a uno de los suyos con carnet, Pérez de los Cobos, entre otros magistrados de su partido como Enrique López que tuvo que dimitir por borrachera. Todos procuran colocar a los suyos en todos los centros de poder, no para mejorarlo, sino para tapar sus vergüenzas. Es mal de todos los partidos que llegan al gobierno se olviden de lo dicho y escrito en la oposición.                 
Si creyeran y fueran coherentes cambiarían la ley cuando gobernaron y cumplirían la Recomendación del Comité de Ministros del Consejo de Europa recomendando que incluyeran la norma 2000 (19) para garantizar la independencia del poder ejecutivo y de los tribunales de justicia.
A pesar de todo el art. 124 de nuestra Constitución fija los deberes del Ministerio fiscal que les obliga de oficio o de parte, al cumplimiento de la Ley sin estar sometido al gobierno ni a los tribunales de justicia. Por lo que pueden ser tan independientes como quieran ya que la fiscalía general una vez nombrada no puede ser cesada por quien le nombró. El gobierno puede recomendar a la Fiscalía que investigue sobre cosas de interés general, pero no está bajo sus órdenes.
Lo que pasa es que los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, están tan mediatizados por los gobiernos de turno que hasta ahora vimos muchos profesionales que hacen caso a las ofertas de los partidos que hace imposible que haya división de poderes. Pasa como las puertas giratorias que empresas acogen a ex políticos que les favorecieron fomentando la corrupción. Como político y ciudadano me gustaría que corrigieran estas anomalías del sistema en vez de perder el tiempo en autodestruirse arrastrándonos a los demás.

La palabra de muchos políticos no vale nada

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