El poder abusa si no hay transparencia

Los partidos en vez ser honestos y practicar la transparencia piden comisiones de investigación unos a otros pero no se aplican el cuento, ni la misma vara de medir. Hasta ahora pidieron comisiones por supuestas irregularidades pero el que conforma mayoría las rechazan, por lo queda sin investigar y nunca sabremos la verdad. Tampoco se pierde nada, las que hubo hasta ahora no valieron de nada, nadie asumió las consecuencias, a diferencia de otros países que los partidos no son corruptos y cuando alguno de sus miembros lo es dimiten antes que los echen. Pero aquí no aclararan nada, ni quieren asumir las culpas. Estas comisiones son políticas, se usan para desgastar al contrario dado el poco civismo político, de haber algo solo se pueden resolver en los tribunales porque nuestros políticos no son de fiar, por no ser transparentes se dedican a desacreditarse. Por lo tanto, mientras tengamos políticos dirigiendo partidos carentes de ética cívica seguirán utilizando estas armas contra el otro quedando en una pelea entre partidos en contra de los intereses generales. 

Durante estos cuarenta años de democracia las comisiones todas quedaron en aguas de borrajas y solo sirvieron para desacreditar al contrario y dar materia a los medios de comunicación. Tampoco sirvieron esas comisiones para atajar la corrupción en las instituciones, más bien fue en aumento desde el caso Naseiro en los 90, que el Supremo archivó las pruebas grabadas porque entendieron que se violaban los derechos fundamentales de los acusados. Por eso la corrupción fue en aumento hasta nuestros días por la indecencia de políticos y la incoherencia de los tribunales mirando para otro lado, salvo algunos tribunales que dieron válidas las grabaciones. No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que hay sentencias vergonzosas que no reparan el daño causado.

A pesar de mis años de experiencia partidaria en política local y con más de 30 años militancia en altos cargos orgánicos de partido, nunca entendí por qué la política la transforman en intereses personales en contra de la normativa, perdiendo el verdadero valor etimológico del griego, ”polis” (hacer ciudad, estado, interés general).

Por eso los que pensamos y practicamos la política cívica somos incómodos en los partidos por practicar la democracia interna. No es de extrañar que al llegar a las instituciones públicas hagan lo mismo con el poder delegado de la soberanía popular que creen poder utilizarlo en contra del otro sin diálogo ni avenencia entre políticos para el bien común. No es de extrañar que la corrupción vaya en aumento después de esa jurisprudencia de dicho tribunal que a pesar de las pruebas no reparó el daño dejando vía libre para delinquir durante los 30 años sucesivos y siguen mientras no haya transparencia y justicia que lo impida.

Algunos cargos públicos, jueces y políticos y funcionarios que denunciaron, en vez de ser protegidos fueron perseguidos y echados de sus puestos de trabajo.

El poder abusa si no hay transparencia

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