Políticos y truhanes

estamos ante unas elecciones generales para desatascar una situación política confusa y exenta de un proyecto de interés general que deberá presidir y defender cualquier político que se precie. Estos políticos que tenemos en verdad carecen de dichas cualidades para ponerse de acuerdo en defensa del interés común. Están a la greña constantemente, insultándose, tomándonos por tontos, un día dicen una cosa y la contraria. Pretenden manipular la realidad con tantas ansias de poder, pero no dan razones convincentes, solo se basan en hacer ruido para recoger votos pudiendo recogerlos haciendo bien las cosas afrontar la situación territorial, las reformas pendientes en los distintos sectores de la administración que tenemos pendientes de la que vivimos todos los españoles. ¿No se dan cuenta que los descontentos son la causa el desapego a nuestros políticos? 
Pero tal como están las cosas es muy difícil entender a estos malos políticos para ganar nuestra confianza porque con esta Ley Electoral los partidos son correa de transmisión de sus cabecillas seleccionando vasallos que atenderán antes sus necesidades que a la gente a la deben servir, por eso se someterán a lo digan quien les colocó en las instituciones a modo caciquil sin importarle para nada servir a la sociedad que representan. Así seguirá la corrupción y falta de rendimiento de personas que ostentan cargos sin ser elegidos por el pueblo, ya que no elegimos personas, elegimos partidos con muchos inútiles dentro para servir a quien los nombró.
En países democráticos los diputados son elegidos por los votantes en los distritos lo que le obliga al diputad@ a dar la cara ante los electores durante toda la legislatura si quiere repetir. Es un sistema que obliga a cumplir con el servicio público. En España los votantes tampoco elegimos al presidente, elegimos partido, y los diputados colocados a dedo eligen al presidente, lo mismo pasa con presidentes autonómicos, Diputación y alcaldes.
Así tenemos la situación de déficit democrático al  creer que los elegimos nosotros, y así hay la baja productividad en nuestras instituciones.
Lo mismo pasa con cientos de miles de leyes contradictorias que hacen los gobiernos para darse propaganda que solo sirven para enredar leguleyos y no reparar el daño causado, venciendo los truhanes.
Un ejemplo es la Ley de protección de datos que choca con la Ley de transparencia, la primera sirve para recaudar dando unos palos desmesurados, pero los datos se ven por doquier porque no se le puede poner puertas al campo, y a la vez que hace  inútil la poca Ley de transparencia porque las administraciones se escudan en no facilitar  los datos, teniendo que recurrir a la justicia cara, lenta e insegura porque en muchos casos está cautiva y desarmada por falta de voluntad política y de medios. Esto es lo que tenían que arreglar estos politiquillos de bajo perfil.

Políticos y truhanes

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