La UE fue creada para hacer frente solidariamente, entre otras cosas, para afrontar las adversidades de los estados miembros pero nos encontramos con distintas formas y maneras de entender la administración de la económica. En los trabajos de Weber lo explica muy bien en la obra “Ética protestante y espíritu del Capitalismo”. Deja claro que la religión, calvinismo, puritanismo y el capitalismo van unidos. El protestantismo empezó en Inglaterra y Holanda y se fue extendiendo por el resto del norte de la hoy UE, y EE UU frente a la doctrina católica y monástica fomentaron el capitalismo occidental.
Con los hechos sabemos quien manda en la UE tan necesaria, pero ahora se desinfla frente a EE.UU , China y Rusia, que están luchando para ganar la hegemonía del mundo mientras la UE está al pairo por falta de liderazgo y sigue anclada en reinos de taifas sin dirección. Por eso el desencanto en la opinión pública es palpable.
No quieren solidaridad esos países más ricos del norte a la propuesta de España, Francia, e Italia ; a la creación de coronabonos para hacer frente a la pandemia . Se olvidan que el norte nos necesita. Tanto como nosotros a ellos. Tenemos muchas razones para que los estados mediterráneos hagamos política de verdad. Decirle a los países más ricos que no hagan competencia desleal con sus paraísos fiscales o semifiscales como Holanda. Es verdad que los gobiernos de los estados del sur tienen que administrar mejor y no gastar por encima de sus posibilidades y ese gasto debe ser por orden de prioridades y ahorrar para imprevistos como pandemias, catástrofes dejando de presumir una y otra vez que somos el país que más crecemos de Europa hasta hace pocos meses, ¿Recuerdan?. Si bien es verdad que los del norte se administran mejor, son más previsores y ahorradores que los estados del sur, pero también es verdad que nuestro clima, el sol y la alegría también es calidad vida democrática y algo de alegría también es sana.
Los estados del norte siempre impusieron sus condiciones en la UE a su favor pero tampoco fueron capaces de convencer a sus homólogos ingleses para que se quedaran.
La economía es necesaria para todos y no solo para unos pocos. Al fin y al cabo la riqueza la creamos todos y debe ser redistribuida para las necesidades básicas de la persona.