ESPÍRITU CRÍTICO

No sé si es cierto, pero si lo fuera habría que hacer algo”. Esto lo veía no hace mucho en el perfil de un reconocido personaje y una vez más me sorprendía el poco criterio que la gente tiene a la hora de publicar cosas en las redes sociales. Cada vez somos un poco más conscientes de que en internet no todo es verdad. Hay mucha mentira. 
Y lo que es peor, hay medias verdades que al final acaban intoxicando mucho más que las mentiras. Porque con una pequeña dosis de veracidad nos acaban haciendo tragar burdas mentiras que de otra forma no dudaríamos en rechazar. 
Pero el caso es que este personaje, al igual que muchas otras personas, ha cedido su espacio y su imagen para acabar difundiendo un mensaje del que el propio emisor no está convencido de su auténtica veracidad. “No sé si es cierto”. Pues si no lo sabes tienes dos opciones sencillas. La primera de ellas es utilizar esa gran herramienta que es Internet para comprobar si es o no verdad eso que vas a publicar. Muchas veces con una sencilla búsqueda podremos descartar muchos de los bulos que nos llegan. 
Pero si se es muy perezoso para esto, nos queda la segunda opción. No publicar. Sin embargo muchas veces nos puede la indignación. Nos bombardean con mensajes que buscan la crispación, encender los ánimos, conseguir que nos rebelemos sin saber muy bien ni contra qué ni contra quien. Así es que estos mensajes que van directamente a nuestro cerebro más primario nos impulsan al enfado y nos sentimos ultrajados y en la necesidad de empezar una especie de cruzada desde el sofá de nuestra casa. 
Y nos olvidamos de nuestro espíritu crítico. No dudamos muchas veces en poner en tela de juicio las noticias que nos llegan desde los periódicos, desde la radio o desde la televisión. Dudamos de sus intenciones porque los consideramos actores interesados en el discurso. Ponemos en tela de juicio su objetividad y los clasificamos en dos bandos: los unos y los otros, los míos y los que están contra mi. 
Sin embargo, toda esa crítica que ejercemos contra los medios tradicionales se nos olvida por completo cuando algo nos llega a través de las redes sociales. Consideramos que ese mensaje subversivo tiene que ser cierto porque nos ha llegado por un canal que no acepta manipulaciones, que intenta saltarse las barreras que los grupos de opinión poderosos imponen en los medios tradicionales. 
Y estamos muy equivocados.
 

ESPÍRITU CRÍTICO

Te puede interesar