Rebelión a bordo

Cuando Rajoy hace una rueda de prensa tenemos ya de entrada muy poca esperanza de que un nuevo discurso musicalice nuestros oídos. Sus andares recuerdan a Trevor Howard (Capitán Bligh) en “Rebelión a bordo”, obsesionado por el árbol del pan, cuando se paseaba por el barco, despreciando a Marlon Brando (Fletcher Cristian). Cuando Rajoy hacía la oposición brabucona a Zapatero se podría pensar, este hombre a lo mejor sabe cómo sacar esto adelante, pero en estos tres años todo indica que su figura es hueca, realmente lo ha sido siempre, a lo que hay que añadirle cierta pusilanimidad o indolencia chulesca que empieza a preocupar.
El “problema catalán” es nuestro problema, si es que hay algún problema que no sea el económico. Pero en todo caso exige de un presidente seriedad. Cataluña es España, España es Cataluña, no me hagan repetirlo para todas las comunidades. Me gusta el idioma catalán, el vasco, el gallego, el castellano, todas son lenguas de alguna madre que nos es próxima, cercana, vecina.
¿No os hace ilusión ser cuatrilingües? Incluso a lo mejor habría que plantearse que nuestros hijos tuvieran en el bachillerato nociones de todos ellos, pero en todo caso habría que acabar con la animadversión por nuestras lenguas maternas. Y de esto Madrid tiene gran culpa. Rajoy no ha dicho nada revelador de que tiene un concepto de España para convencer a Mas. ¿Alguien se ha dado cuenta de que España es un Estado de autonomías y que con ellas hay que tener una actitud negociadora y de colaboración y no como si fueran nuestros enemigos?
¿Qué hay detrás de esa sonrisa burlona del capitán Bligh, esa sonrisa del que parece que sabe? Igual hay que negociar un referéndum con Cataluña donde demos la talla con los catalanes,  hay que acabar con esta eterna canción de qué es España; y luego a lo mejor ampliarlo a todas las autonomías. Dejar atrás el siglo XIX, la Guerra Civil. Queremos la diversidad y también el estado absolutista de otros siglos, a ver si nos aclaramos. “Cada vez que te oigo temo convertirme en un idiota y no poder escapar nunca más” (Ferdydurke).

Rebelión a bordo

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