CACIQUES DE AYER Y DE HOY

En vísperas de unas Elecciones se despierta en algunos ciudadanos, políticos o no, el deseo de sacar a relucir la figura del “cacique”, siempre referido a los candidatos de derecha o centro derecha, o democristianos, pero nunca a los que representan a sectores de izquierda, ultraizquierda o incluso ácratas. Parece que el personaje en cuestión es la imagen del “señorito” o “señorón” y, claro está, no puede ser cacique un pobre de izquierdas, como si todos los de derechas fueran “señoritos” ricos.
Nuestro admirado “Poeta de la Raza”, Don Ramón, que también fue joven, dedicó un ácido poema al Marqués de Riestra, titulado precisamente “A un cacique”, y en el vertía hirientes dardos contra dicho personaje, pero con la madurez y quizás por su condición de Terciario Franciscano, terminó pidiendo perdón al Sr. Riestra y siendo su amigo. Esto es solamente una muestra de cómo las lanzas se vuelven cañas. Nuestro Cambados conoció la influencia de otros más o menos caciques que fueron la causa de que el ferrocarril que en principio estaba proyectado por nuestro municipio no llegase a ser realidad porque, al parecer, les molestaría el ruido de las locomotoras y de los propios vagones al rodar sobre los raíles, o “camiño de ferro”.
Hubo otros pseudo-caciques que se dedicaban a hacer favores cobrando los atrasos de la pensión no contributiva, o por enviar recados a gallegos residentes en Buenos Aires para después comprar sus herencias por cuatro mil reales o menos. Pero ocurre que en la actualidad también existen personajes, de la más rancia izquierda, que ejercen como aquellos caciques y utilizan sus cargos para beneficiarse o beneficiar a sus familiares y/o amigos. Uno de esos personales es Alfonso Guerra, que llegó a utilizar un avión del Ejército para trasladarse desde el Algarve, en Portugal, a Sevilla, para ver una corrida de toros porque ese día las carreteras estaban saturadas de tráfico y tenía muy difícil la llegada a tiempo para disfrutar del festival taurino. Con anterioridad el Sr. Guerra y sus “enmanos”, favorecían al paisanaje andaluz al calor de unos “cafelitos”. Recientemente hay un destacado cacique, rector de la Universidad Complutense, D. José Carrillo, que pone a disposición de los ultraizquierdistas y anticatólicos las aulas para reuniones que nada tienen que ver con la docencia o el estudio y sí para reventar conferencias de catedráticos que no son de su cuerda, y para suprimir la capilla católica, llegando incluso a permitir manifestaciones ultrajantes contra el Cardenal Rouco Varela. Como remate decir que el Presidente Chaves no tuvo reparo en financiar con millones de euros a la empresa en la que ejercía como ejecutiva una hija suya. O sea, que al mencionar a caciques de un lado y omitir a los del otro, viene a resultar que se practica el sectarismo o que se sigue viendo la paja en el ojo ajeno y nó la viga en el propio.

CACIQUES DE AYER Y DE HOY

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