Bernardo de Gálvez

Ayer, después de medianoche, comenzó un programa de los que valen la pena y por puro azar lo encontré haciendo zapping. Los programas de mayores audiencias en España para mí son en general… una merdé con pataté, para que suene más suave. Pero, mueven audiencias y dan dinero, entretienen a millones (la base de su economía), adoctrinan a otros en malas costumbres o los confunden (directa o indirectamente), son la catapulta de los nuevos famosos que lo único que han hecho en su vida es nada como mucho, y con ello también se controla a la población contándoles milongas y que no se enteren de la realidad (¿medios politizados? ¿adoctrinamiento encubierto?), etc. Si esto lo aderezamos con el desbarajuste de las redes sociales, y las horas pegados a las pantallitas… dirían los americanos ¡Oh my god! ¡Holy crap!

El programa habló de un personaje de la historia española desconocido por la mayoría de la opinión pública española y americana. ¿Quién es? Nació en Málaga allá por 1746 y murió con 40 años en 1786. Fue militar, político… y llegó a ser Virrey de la “Nueva España”, los territorios conseguidos durante la colonización española de América sobre todo en América Central y del Norte. El mérito y repercusión histórica de sus acciones se redescubrieron hace pocos años y digamos se pusieron de nuevo en valor pues de alguna manera había permanecido en el olvido. Jugó un papel fundamental en la guerra de la independencia de los EEUU (1775-1783), sobre todo en la Batalla de Pensacola (actual Florida), donde reconquistaron Florida del dominio británico durante la revolución americana. Ayudó a mantener el dominio español en el Caribe y esto aceleró el triunfo de los americanos. Hoy, un cuadro de él está en el Capitolio junto a los otros padres fundadores de EEUU. Seguro quedasteis peor que antes. Es una de las únicas ocho personas que recibieron lo que se llama “Ciudadanía Honorífica de los EEUU” entre los que están Winston Churchill, Teresa de Calcuta, General La Fayette… y el malagueño Bernardo de Gálvez y Madrid. 

Increíble que personas con hazañas como la de este señor ni se les recuerde, ni se hablé de ellos, ni sean conocidos… Pero, ¡tranquilos todos! desde que tenemos la “nueva política” en la España moderna, no hay tiempo para aburrirse, ni para acordarse de lo que pasó ayer. Cada nuevo día es una aventura, donde la historia diaria culmina a la medianoche, y una nueva mañana trae novedades que relevan a un segundo plano lo que pasó el día anterior, o horas antes. La información fluye por nuestras venas sin saberlo, nuestros cerebros son meros canales de paso donde no sabemos si queda algún poso. La información es masiva y tan variada que saber filtrar la información es una tarea de titanes. Y llega el dilema, pensar o no pensar, o mejor, simplemente tragar con lo que venga, sea news, fake news, o merda news. Tanto da, ¡a darlo todo!

Lo que queremos es sentirnos vivos, en contacto, tener amigos, muchos “me gusta”, que nos sigan, hasta un selfie jugándonos la vida si hace falta, ¡dale duro chaval! La necesidad de sentirse, sentirse ¿qué? Pero sin sentir nada real, vivir en una nube, hasta que de vez en cuando tus pies tocan la realidad, sales de tu habitación y pequeño mundo, y tratas de volver a volar lo antes posible, sino llegan las depres, los malos días… ¿qué gran diferencia entre la Nueva España de Gálvez y la nueva España de ahora, ¿verdad? Nuevos políticos, youtubers, influencers… ¡don´t worry! Ahora todo queda escrito, tenemos hemeroteca, las vidas privadas de todos en la red, y gratuita, ¡gracias a vosotros mismos! Imposible olvidar y muy fácil recordar, tanto lo bueno como lo malo. ¡We want you! decía el Tío Sam, y quizás lo consiguieron sin querer queriendo, y sin costarles un duro.

Bernardo de Gálvez

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