Banderas no quiere ni un euro de dinero público

Antonio Banderas, quien en unas semanas comenzará el rodaje en Italia de una película, volvió a Marbella como cada verano para celebrar su cumpleaños y participar en la gala de Starlite, de la que es el anfitrión estrella junto con Sandra García San Juan. Como ya es tradición, antes de la gala tiene un encuentro con la prensa en el que suele hablar a calzón quitado. En esta ocasión, sobre dos aspectos importantes y de plena actualidad. El primero, la posibilidad de que Starlite se vaya de Marbella por disparidad de criterios sobre su uso con algunos miembros del equipo de gobierno del Ayuntamiento, lo que, en opinión de Antonio, seria una pérdida importante para una ciudad que ha recuperado su prestigio de cara al exterior: “Una ciudad que vive del turismo no puede perder un festival por el que pasan los mejores cantantes. De ahí la necesidad de que encuentren una buena solución para todos”.
El segundo, sobre lo decepcionado que está de la política o mejor dicho, de los políticos al uso. Que esto lo diga un actor que lleva años comprometido con Andalucía, promocionando el nombre de España, de Málaga y de Marbella por el mundo, debería hacer reflexionar a quienes solo buscan el titular inmediato. Si hay alguien merecedor del premio Marca España es el malagueño. No solo porque durante el tiempo que vivió en Los Angeles su casa siempre estuvo abierta a los actores y actrices españoles que llegaban en busca de una oportunidad, también porque por allí desfilaron grandes personajes como los Obama o los Clinton, a quienes agasajaba cocinando él mismo una paella o una buena tortilla de patatas.
Antonio sabe que hay gente que le da patadas en su culo porque no se las pueden a dar a otros con más poder político, de ahí que no le duelen prendas cuando dice que: “No quiero un euro público porque siempre viene envenenado”. Y tiene razón. De ahí que creara su Fundación Lágrimas y Favores, entre cuyos objetivos está ayudar a la cultura y la educación, así como becar a alumnos de la Universidad de Málaga para que puedan estudiar durante un cuatrimestre en Canadá y EEUU. Una obra que le reconforta, sobre todo cuando, paseando por Londres, se le acercó uno de esos jóvenes para agradecerle lo que ha hecho por ellos. Una labor filantrópica a la que se han sumado otros destacados personajes como Miguel Poveda, Dani García, Simeone o Sara Baras, cada uno con un objetivo distinto, pero todos con una causa común: ayudar a que los jóvenes que no disponen de medios económicos puedan salir adelante y encontrar su camino.  

 

Banderas no quiere ni un euro de dinero público

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