Juan Ramón: in memoriam

Periodista eminente y maestro de periodistas. Gran renovador de la prensa gallega. Artífice del primer grupo multimedia gallego. Con estas y otras más que merecidas referencias acabamos de despedir los profesionales de la comunicación social a Juan Ramón Díaz, director que fue durante dos décadas de La Voz de Galicia (1977-1997) y en el tiempo de su fallecimiento, vicepresidente de La Capital, empresa editora de este periódico y de todo un grupo de comunicación, al que llegó en 1998.
De él dijo Manuel Fraga que era el mejor profesional periodístico que había dado Galicia en las últimas décadas. Tal vez no le faltara razón al ex presidente de la Xunta de Galicia, pues han sido muchas, en efecto, las generaciones que han aprendido a su lado el oficio de comunicar, hasta el punto de que resulta difícil explicar el periodismo de los últimos cincuenta años en nuestra comunidad sin que su nombre aparezca de forma recurrente. Y además, si ser empresario tiene su mérito, serlo de medios de comunicación y en estos momentos, lo tiene en todavía mayor medida.
Coincidí con Juan Ramón en los dos años en que estuve al frente de El Ideal Gallego, allá por los primeros ochenta. Ya entonces La Voz de Galicia era no sólo uno de los principales periódicos españoles, sino que se estaba configurando como un importante grupo multimedia.
El Ideal Gallego, mientras tanto y todavía de la mano de Editorial Católica, iniciaba un trabajoso camino de reconversión tecnológica y empresarial desde una precaria posición de salida y en unos tiempos de grandes cambios políticos, como la andadura autonómica que Galicia iniciaba.
Muchas fueron, en consecuencia, las coincidencias personales de aquellos años con Juan Ramón. Conversador ameno, de estos contactos recuerdo también su templado carácter para abordar problemas y controversias; su lenguaje en ocasiones críptico, de forma que no sabías si hablaba en broma, lo hacía en serio o fifty-fifty , y su fino olfato periodístico. Conocedor de primera fila de la órbita mediática, no en vano se llegó a decir por estas nuestras latitudes que era el periodista más y mejor informado.
Concluidas mis responsabilidades en El Ideal Gallego, Juan Ramón me hizo una generosa oferta para mi incorporación a La Voz de Galicia. Oferta que, a mi pesar, no pude aceptar entonces por diversas circunstancias, pero que siempre he agradecido.
Y ya como vicepresidente de la empresa editora de El Ideal Gallego suya fue la invitación a volver –como columnista– a esta mi casa. De ahí el antetítulo de la doble cita semanal que desde hace unos años mantengo con los lectores.
Valga finalmente una oración: “Dale descanso, Señor; dale descanso”. Y un sentido abrazo para toda su familia.

Juan Ramón: in memoriam

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