Malvender tu alma al diablo

Xavier Ríos ha confesado sin quererlo que Alberto Varela y él mantienen un extraño idilio político. Uno aplaude los caprichos del otro y el otro se aprovecha de tener un socio para todo, un comodín, un “mandado”. De nuevo se le ha escapado que el alcalde le pasa información a él que niega a los demás. Es un escándalo. Otro más de la lista. El yugo del gobierno aprieta al cómplice, aunque de momento no ahoga. Más bien lo puede acabar absorbiendo. Vender tu alma al Diablo no funciona nunca. El peaje siempre es demasiado caro. Malvenderla es peor idea porque en el fondo la dignidad es impagable. Y regalarla por Dios sabe qué limosna es cebar a esos demonios.
Hace algo más de año y medio que en Ravella apesta a azufre. El característico olor llegó desde el principio pero fueron muchos los que no le dieron importancia al tufillo. El regusto que dejaba se fue haciendo más intenso a base de desplantes, mentiras y faltas de respeto. A alguno se le fue cayendo la venda de los ojos a medida que se cocinaba a fuego lento esa especie de traición. La intensidad de la peste seguía creciendo al mismo ritmo que los conflictos y las crisis. Y claro, el señor de los infiernos de turno empezó a necesitar almas para seguir adelante. Las de sus tropas infernales ya las dimos por perdidas desde el principio y por eso tuvo que recurrir al único que hacía oídos sordos en medio y medio de la tamborrada. 
El portavoz (que no jefe del BNG) ha sido, es y mucho me temo que seguirá siendo el “colaborador necesario” de esta “falcatruada” de gobierno local. Reconozco que cualquier tiempo pasado ha sido mejor y que la debacle en la que está sumida la formación nacionalista lleva el sello inconfundible del señor Ríos, que parece que se apresuró hace año y medio en malvenderle su alma y la de su partido (y por tanto la de sus votantes) al alcalde menos apoyado de la historia reciente de Ravella. Y es una decisión política, que el día que la acepte y lo anuncie públicamente, habrá que acatarla. Pero hasta entonces, todo esto, este mandato, esos pactos a la oscuridad de Alcaldía, esas llamaditas, esas filtraciones, esa información privilegiada no es más que una tomadura de pelo. Ya se lo dije en un pleno: “Valórese más señor Ríos y exija una concejalía por los servicios prestados”.
A mí me da igual, que para eso tendrán mecanismos internos. Lo que me parece un escándalo es que el que se presentó a las elecciones como defensor de la transparencia sea más oscuro que el Inframundo. Acostumbrado a hablar única y exclusivamente cuando necesita algo, ningunea a todos los que no le han regalado su alma. Los que no hemos sido dóciles subyugados que le firman cheques en blanco asistimos a esta deplorable relación de sometimiento político del BNG al PSOE preguntándonos dónde ha quedado el criterio, la responsabilidad y la decencia para no enterrar vivo al partido que te ha permitido ser concejal.
Insisto en que no es de recibo que por segunda vez el portavoz municipal meta la pata hasta el pescuezo y reconozca abiertamente lo que era un secreto a voces: Que Alberto Varela le pasa información y se la niega a los demás partidos para tenerlo comiendo de su mano. Es sangrante, es cínico, es preocupante y en el fondo es suficiente como para replantearse si el portavoz que mete la pata ante los medios es el ideal para seguir siendo la voz cantante. 
Como adversario político tendría que alegrarme de que los Reyes le hayan traído una pala para cavar una tumba política mucho más profunda (hasta el Infierno aún le queda mucho que cavar), pero como concejal de este Concello me dan arcadas por cómo se hace política y por el patético “conchabeo” que se traen unos y otros. El PSOE sigue extrayendo la sangre de los nacionalistas con el método de la sanguijuela para que no se les muera antes de tiempo que hasta 2019 queda mucho trecho. Los del BNG siguen poniendo al zorro a vigilar a las gallinas y atan los perros con longanizas. Dejar que otro que es tercera fuerza política sea el que dirija tus hilos es igual que bañarse en sirope para que cuando te devoren todavía le sea más dulce.
Es inevitable que los chistes que ya circulan sobre el nuevo José Luis Moreno y sus muñecos le hagan gracia a cualquiera que siga la vida municipal. El ventrílocuo más reconocido de España se hizo famoso por obligar a decir a sus muñecos lo que él quería torciendo el morro. ¿Se acuerdan de sus personajes? El señor Rockefeller era un tipo oscuro, con un estilo de locución inconfundible y que servía para ejemplificar una dualidad de personajes que era una farsa con más o menos gracia. ¿Saben a quién me refiero?. Pues eso. El otro, aunque menos famoso fue Monchito.Bueno, no hacen falta muchas pistas para saber quién es quién. Y si echan en falta a Macario… permítanme que les deje a Ustedes ese privilegio, aunque aquella frase de “qué contento estoy”, (a pesar de las peticiones de dimisión) les dará una pista sobre el personaje, o si lo prefieren, la inconfundible funda para las jaquecas, les puede ayudar… elijan que hay varios perfiles.
*Portavoz del grupo municipal del Partido Popular en Vilagarcía

Malvender tu alma al diablo

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