Otra vez no

tanto Omnium como la ANC han decidido no convertir la manifestación en recuerdo de las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils en una nueva jarana independentista. Posiblemente hay un cálculo interesado detrás de tan loable decisión, dado el descrédito que supuso el lamentable espectáculo de esteladas y gritos al Jefe del Estado, protagonizando por ellos mismos, frente a la marcha solidaria que se convocó tras el atentado.
Un fallo estratégico deja escaras en el magnífico e incansable relato que acompaña al “procès”. Las agresiones e insultos de aquella desgraciada manifestación también dieron la vuelta al mundo y no precisamente a favor del independentismo.
Además de corregir el error, ambas organizaciones civiles y ERC se apartan de la línea de acción impuesta por la pareja Puigdemont/Torra de “cuanto peor, mejor”.
Todo lo dicho no implica que el día de autos la marcha vaya a transcurrir con el necesario respeto a las familias de los muertos y heridos en el brutal atentado yihadista de las Ramblas. Los CDR, siempre en la retaguardia, pueden organizar el follón. Y la CUP, que no asistirá por la presencia “del Borbón”, seguro que secunda las actuaciones de “sus chicos” en defensa de la no nacida Republica.
Al acto, al que sin duda acudirán todos juntos, (los del “procès”, por supuesto), es al homenaje a Trapero y Forn a las puertas de la cárcel donde el ex conseller de Interior es un preso preventivo más. Curioso homenaje ante la evidencia de los fallos en la coordinación de los Mossos con el resto de los servicios de investigación que facilitó a un grupo de asesinos fanáticos hacerse con un almacén de explosivos sin que nadie se percatase. Hay que decir que los fallos afectan a todos los cuerpos de seguridad pero, por eso, a nadie se le ocurre concentrase en apoyo al CNI, que se reunió en varias ocasiones con el imán de Ripoll sin detectar lo que estaba preparando.
Hace falta también que la sociedad civil catalana vuelva mostrar su pérdida de miedo y de pereza a salir a la calle, y no deje el relato gráfico en manos del independentismo. Sobre todo porque, lamentablemente, los incidentes que puedan producirse en la manifestación de homenaje a las víctimas van a ser solo un aperitivo de los actos programados desde el once de septiembre, la Diada, hasta el 1 de Octubre. Ahí Puigdemont está elaborando el calendario de festejos que incluyen acampadas urbanas entre otras manifestaciones de fuerza.
Y en el previo de los fastos de la independencia “non nata”, Torra proclama que si Sánchez acepta la celebración de un referéndum legal, se olvidan de que un día proclamaron la Republica independiente. ¿Cuándo se enterará de que la legalidad vigente no lo permite?

Otra vez no

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