La vía dolorosa de Susana Díaz

el último acto de contrición de la dirigente andaluza del PSOE ha despertado un rumor sordo y persistente en el Parlamento Andaluz. Para sorpresa de propios y extraños, Susana Díaz, ha reconocido que se equivocó al apoyar una abstención ante Mariano Rajoy y que “Pedro Sánchez tenía razón”.
No es más que otro peldaño del doloroso calvario que Díaz ha iniciado para resistir al frente del PSOE andaluz, donde empiezan a oírse cada vez más voces reclamando un cambio en el liderazgo. Pero Sánchez, que ni olvida ni perdona, ha decidido aplazar la batalla andaluza, al igual que el Congreso del partido, esperando que sean los propios afines a la expresidenta los que vayan abandonando el carro.
Las últimas encuestas en Andalucía siguen dando a los socialistas como ganadores de unos hipotéticos comicios, pero sin la mayoría necesaria para poder volver a ocupar la Junta; lo que afianza a Juanma Moreno en San Telmo.
A la legislatura andaluza todavía le quedan tres largos años en los que seguirán cayendo las múltiples sentencias sobre temas colaterales de los ERE. Recordando, cada cierto tiempo, el coste de la larga permanencia en el poder de los socialistas y la necesidad de renovación y caras nuevas en todas las candidaturas. Solo el permanente chantaje de Vox a PP y Ciudadanos, imponiendo medidas xenófobas, racistas y machistas, puede romper el bloque de derechas y llevar a unas alecciones anticipadas. Aunque la formación de ¿Arrimadas?, tras su desplome a nivel nacional, no parece que se atreva a perder también su poder en el sur.
El primer toque de atención del cambio de actitud de Susana Díaz fue el entusiasmo en el apoyo a la campaña electoral de Pedro Sánchez y el silencio sepulcral ante el vertiginoso acuerdo con Podemos para el Gobierno de coalición. Las relaciones del PSOE andaluz y la marca de Podemos, encabezada por Teresa Rodríguez, han sido a cara de perro y pudiera darse la paradoja de que ahora compartieran destino final, fuera de la primera línea, tato una como otra.
Pero, si extraño resulta el silencio frente al pacto con Podemos, mas extraordinario es la aceptación sin matices de la búsqueda incansable del apoyo de Esquerra Republicana con la entrevista con Torra, incluida. Mientras, otros dirigentes autonómicos como Emiliano García Page, en Castilla-La Mancha, Lamban en Aragón o el extremeño Fernández Vara, que ha pedido incluso una reunión con Madrid por el incremento del salario mínimo, no se cortan en sus críticas. Tal es la “devoción sobrevenida” de Susana Díaz con su contrincante en las primarias que ha provocado las chanzas de la oposición en el parlamento andaluz. De momento la que se perfilaba como su sucesora, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, está bien instalada en Madrid y ha subido en el escalafón del Gobierno al asumir la portavocía de Moncloa. Pero quedan en la retaguardia el alcalde de Sevilla Juan Espadas y el diputado por Jaén, Felipe Sicilia. De momento, Díaz puede bajar el listón de los halagos. 

La vía dolorosa de Susana Díaz

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