Pero los ciudadanos seguiremos esperando las vacunas, como agua de mayo, sin que estas afloren en la cantidad que se precisan y al riesgo de padecer una nueva ola de alguna otra variante del virus, si no se ponen las medidas precisas para que la mayoría de la población esté vacunada en estos próximos meses.La política, parece que para el Presidente, tiene mayor preferencia, que el estado sanitario del país y de sus ciudadanos, se abstiene de ponerse al frente de la lucha contra la pandemia y por encima, no llegan las vacunas precias para el pueblo, pero él no descansa dedicando todo su esfuerzo a la arena política, en lugar, de la defensa sanitaria.
El segundo asunto es la respuesta del vicepresidente a un diputado en la que defiende el control público de los medios de comunicación privados.
No dudo de que Pedro Sánchez tiene razones sobradas para el optimismo habida cuenta de que ha llegado a Presidente de Gobierno.También comprendo que cuando se dirige a los ciudadanos no se ponga en plan cenizo pero me parece a mí que se pasa de frenada cuando asegura que este es el año de la recuperación gracias a las medidas que se han ido adoptando más las vacunas (que por ahora lucen por su ausencia) y pronto estaremos haciendo vida normal.Detrás de las cifras del desempleo, casi cuatro millones, y de las de los ERTES, hay personas que saben que difícilmente las cosas van a ser como fueron entre otras razones porque hay multitud de empresas que se han arruinado y no volverán a abrir sus puertas.Creo que a todos nos gustaría que se cumpliera lo que augura el Presidente, pero me temo que su realidad no es nuestra realidad, ni mucho menos la realidad sobre la que vienen opinando los líderes de otros países, incluidos organismos como el Banco Central Europeo o el FMI que no ven precisamente el vaso medio lleno sino que auguran al menos un par de años de crisis.Me parece que a Pedro Sánchez le sobran los “gurús” de la propaganda y los “pelotas habituales” y lo que le falta es pisar la calle.Si el Presidente pisara la calle sabría de la angustia de millones de ciudadanos que ven incierto su porvenir, que en este momento malviven y que apenas les llega el dinero para pagar lo más esencial.