Tiempos de Covid con alegría por la lotería

Tiempos de Covid con alegría por la lotería
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Nada más y nada menos que 5,4 millones de euros dejó ayer el sorteo de la Lotería Nacional en Ribeira. Fueron las administraciones números 1 y 3 de la capital barbanzana las que repartieron la suerte entre sus clientes que compraron el número 32125, agraciado con el primer premio. Tanto entre abonados, como por ventanilla y a través de la cafetería del Liceo Marítimo se vendieron 90 décimos, dotados con 60.000 euros cada uno. La oficina de la Porta do Sol, junto a la iglesia parroquial, vendió 80 décimos, lo que equivale a 4,8 millones de euros, y la denominada “La Fortuna”, ubicada en la Rúa de Galicia, repartió 600.000 euros del primer premio entre sus clientes.

La alegría entre los titulares de esos despachos, Joaquín Valeiras y Francisco Martínez, era máxima pues volvieron a dar otro premio, esta vez compartido, pero la felicidad ya se desbordó entre los poseedores de esos boletos, sobre todo algún abonado que ya se pasó por esas administraciones de loterías. Fue el caso del matrimonio de María Jesús Pérez y Kiko Argibay, que vieron como su hijo se abrazaba a un gran amigo y les dijo que tenía que darles una gran noticia. Ellos creyeron que les iba a decir que se casaba, pero de inmediato les dijo que les toco la lotería. Tras enterarse que había más afortunados en la ciudad, manifestaron que “esto para Ribeira es una inyección muy grande en tiempos tan difíciles como los actuales, y que se agravaron con la pandemia de la Covid-19. Es un aliciente importante pues había gente que estaba a punto de cerrar sus negocios”. Al ser preguntados por el destino del dinero del premio, ambos coincidieron en decir que “el capricho que nos vamos a dar es ver bien a nuestros hijos -ella de 38 y él de 29 años- y que tengan un colchón para momentos de dificultad”.

Ambos recordaron que están abonados al 32125 desde hace décadas en que lo tenía el bar Noruego y que siguen jugando ahora a través de la Administración de Lotería Nº1 -lo tiene desde hace casi tres décadas-, a la que en esta ocasión no fuera a recogerlo, pero se lo tenían reservado. Valeiras indicó que vendió el último décimo que le quedaba del número premiado un cuarto de hora antes del sorteo. Fue a un señor mayor que quería reinvertir parte de una devolución de 18 euros que le había tocado, y que pidió dos terminaciones que no había, y le vendieron el que quedaba en ventanilla acabado en 5, que minutos después obtuvo el primer premio.

En el Liceo Marítimo de Ribeira también fue muy celebrado el premio, especialmente por los cinco socios agraciados y la gerente de la cafetería, Elena Franco, que también jugaba un décimo. Recordó que hasta hace un par de años jugaban otro número, pero que un socio empezó a pedir que le llevaran el 32125, por lo que se quedaron con este último para jugar todos al mismo. También dice que el premio le va a ayudar a llevar mejor la situación actual, pues reconoce que desde la Cocid-19 bajó mucho la clientela. l

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