Arousa inunda el Obradoiro con un mar de protestas en defensa del futuro del sector

Arousa inunda el Obradoiro con un mar de protestas en defensa del futuro del sector
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El espíritu del Prestige, el del Nunca Máis, el que hace más de una década unió a miles de personas en defensa del mar volvió a palpitar ayer en Santiago. Miles de personas (30.000 según la organización) abarrotaron la plaza del Obradoiro en una manifestación histórica que unió a toda la costa gallega bajo un mismo paraguas. Arousa no podía faltar a una cita en la que no solo se mostró el rechazo unánime a la Lei de Acuicultura, sino en la que se reclamó un giro “radical” en la política pesquera que se está llevando a cabo desde la Consellería do Mar. Entre los miles de lemas que sonaron ayer en Santiago, tantos como participantes, destacaba uno que resonó al unísono en el Obradoiro hasta en una decena de ocasiones: “Conselleira dimisión”.
Más de sesenta autobuses procedentes de la Ría de Arousa desembarcaron en la capital gallega al filo de las once de la mañana. Lo hacían con un termómetro rozando el cero y con un sol que pronto se convertiría en lluvia persistente y, en más de una ocasión, en granizo. La lluvia no amilanó los ánimos de los que inicialmente se congregaron en la Alameda dispuestos a “mollarnos polo noso mar”.
La comitiva la encabezaban varios niños sujetando una pancarta que rezaba “O mar é o noso futuro” y que representaban a  “os nosos rapaces, os nosos fillos, eses que queremos que poidan seguir vivindo do mar”. Tan solo dos después, Arousa. El sector del mar arousano capitaneó una marcha en la que no faltaron ni los patrones mayores, ni los alcaldes ni tampoco miles de personas anónimas que reconocían no “sentirse apoiados polas políticas da Consellería”.
La cofradía de O Grove, la que trasladó a la mayor cantidad de gente a Santiago, recuperó el brío que en su día la hicieron ser referente en la lucha contra el chapapote del Prestige. Sus consignas de “A Ría non se vende, aquí está quen a defende” y de “Defender o mexillón, non o salmón” sonaron al unísono y compactas, al igual que las de A Illa, con pancartas que resumían a la perfección todas y cada una de las demandas realizadas por el sector en la última década. A Illa acudió a Santiago en bloque para “defender o noso traballo, a nosa vida enteira”. Cambados también desembarcó en pleno en la capital gallega con pancartas exigiendo “solucións” y consignas de “dimisión” hasta la saciedad, tanto para Rosa Quintana como para el director xeral de Pesca, Juan Maneiro. “Non nos fiamos”, replicaban todos. También las cofradías de O Barbanza tuvieron su protagonismo en la marea arousana que dejó patente que es una Ría que bebe del mar tanto en el norte como en el sur.
Fueron los de Carril, que compartieron diseño de pancarta con los de Vilaxoán, quienes convirtieron la manifestación en la “gran festa da loita do sector do mar”. Fueron ellos, los gaiteiros y pandereteiras de la localidad carrilexa, los encargados de dotar de banda sonora a una marcha que entró en el Obradoiro al filo de la una y cuarto de la tarde cuando la lluvia había dado una pequeña tregua que duró poco. Muchos de los manifestantes todavía no habían llegado a la gran plaza cuando dejó de sonar el himno gallego que ponía punto y final a la cita. El actor arousano Carlos Blanco fue el encargado de leer el manifiesto consensuado cuando en el Obradoiro ya no cabía ni un alfiler. “Dende a gran manifestación do Nunca Máis non recordo algo así”, advirtió. El mar llegó a una ciudad “sen mar” en un día “histórico e de celebración para os que elixiron este modo de vida”. El actor fue la voz de los presentes y reconoció que se había ganado una batalla “ao botar abaixo a Lei de Acuicultura”, pero advirtiendo de que “isto non é máis que o principio porque nos sentimos abandonados porque ninguén nos defende como merecemos”.
Aunque fue el anteproyecto de Lei de Acuicultura el que motivó la movilización en Arousa, la mecha prendió y ayer el manifiesto hablaba de regeneración medioambiental, cuotas pesqueras, marea roja y recuperación de la flota artesanal, además del etiquetaje de los productos gallegos o la regeneración de zonas C.
El sector clamó contra la Consellería do Mar a la que acusó en el manifiesto consensuado de “enganarnos a todos” apuntando que “non podemos confiar na súa palabra porque se desmentiu a si mesma e fixo a retirada da Lei de Acuicultura para desconvocar esta manifestación que nos trae hoxe aquí”. 
Además de “dimisión” la palabra “solución” fue la más repetida en todo el trayecto hacia el Obradoiro, en donde la gaviota articulada manchada de chapapote del Prestige quiso estar presente como símbolo del “futuro negro” que muchos bateeiros, pescadores y mariscadoras ven para su modo de vida.
Muchos de los que ayer salieron a la calle en Santiago procedentes de los dos márgenes de la Ría de Arousa era la primera vez que se colocaban detrás de una pancarta y la mayoría llevan años viviendo directamente del mar.
El manifiesto reflejó en varias ocasiones la necesidad de “seguir neste camiño” para intentar cambiar el rumbo de la gestión pesquera y marisquera. Todos y cada uno de los representantes del sector del mar arousano, en voz del portavoz de la Plataforma en Defensa da Ría, Xaquín Rubido, reconocían que “a Lei de Acuicultura foi a gota que encheu o vaso” y advertían que no solo “pedimos formalmente a dimisión da conselleira”, sino que el espíritu de unión que ayer se volvió a respirar en Santiago no es más que el principio para “intentar mudar as cousas e que se nos escoite”.

Arousa inunda el Obradoiro con un mar de protestas en defensa del futuro del sector

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