La colaboración vecinal hace de Caldas una villa navideña de cuento

La colaboración vecinal hace de Caldas una villa navideña de cuento
Las pequeñas callejuelas han sido decoradas por los vecinos con motivos navideños | josé luiz oubiña

Que Caldas se haya convertido en una pequeña villa navideña con decoración cuidada, villancicos y diseños muy propios de los pequeños pueblos europeos es algo que no esperaban ni los propios vecinos ni, tampoco, el Concello. Y es que, curiosamente, los meses grises de la pandemia han provocado un efecto de ilusión en los caldenses que se respira con solo darse un paseo por sus calles. El germen se remonta  a hace tres años en la calle Fornos y en la Iglesia cuando unos establecimientos ubicados en el lugar decidieron decorar un poco el entorno. Lo hicieron con unos pequeños abetos primero y el año pasado ya con unas alfombras rojas. Hace tres semanas decidieron apostar más fuerte y convertirla en una calle de cuento con buzón real, paquetes de regalos y un sinfín de detalles más. Antes incluso de que desde el Concello se procediese al tradicional encendido de las luces, como todos los años. Lo que no esperaban en la calle Fornos es que este espíritu se contagiase al resto del pueblo. Así lo explica Ángeles, miembro de la Asociación Amigos do Nadal. “Fue tremendo y sorprendente. Nos quedamos alucinadas cómo se ha volcado el pueblo”. Y es que ella misma habla de que la decoración de este año es un claro ejemplo de colaboración ciudadana. “Hablamos con vecinos que no conocíamos. Se adornaron calles con donaciones y a coste cero”. Un éxito que tampoco esperaban entre los hosteleros que, reconocen, que ya han recibido los primeros visitantes. Miguel Piñeiro desde la Asociación de Hostelería, y con un restaurante en la calle Fornos, señala que el pasado fin de semana recibieron clientes desde Ourense que se acercaron para ver la decoración. “Buscaban un sitio pequeño y tranquilo, y aquí lo encontraron”, explica.

A la calle Fornos se le unió días después Souto María López, con un despliegue de luces y decoración que nada envidia a las ya conocidas de Vigo. También en A Ferrería quisieron aportar su ingenio y en la calle Real, principal arteria del casco histórico de la villa, tampoco se quedaron atrás. Belén a tamaño real realizado con maniquíes y luces por doquier. En otros enclaves pequeños detalles con materiales reciclados o regalos colocados en sitios estratégicos que no pasan desapercibidos ni para los propios vecinos de la localidad ni para aquellos que la visitan estos días. “Lo hicimos para no perder una tradición tan bonita como esta y también porque con tantas malas noticias la gente necesita alegría”, explica Ángeles.

Es ella la que señala que “trajimos de Gijón unos paños con motivos navideños que pusimos las cuatro personas que formamos parte de la Asociación y la gente empezó a preguntarnos y tuvimos que pedir más. Ahora se ven en muchos balcones y ventanas”.

De hecho toda esta creatividad espontánea tiene premio. Primero para los comerciantes que participen en la tercera edición del concurso de belenes de Rogomovil y, después, para todos los particulares que este año apuesten por el certamen de adorno de balcones, ventanas y fachadas de la Asociación de Amigos do Nadal. “Todo un éxito”, dice Ángeles. Añade que “esto viene para quedarse, lo tenemos claro” y explica que “hay gente que incluso ya está pensando en qué va a hacer el año que viene. Es muy bonito ver el pueblo unido y los vecinos colaborando así”.

La colaboración vecinal hace de Caldas una villa navideña de cuento

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