“Teño 72 anos e é a primeira vez que me manifesto”

“Teño 72 anos e é a primeira vez que me manifesto”
Diario de Arousa-2016-02-28-004-24661c88

Andrés tiene 63 años, es de Cambados, y lleva desde los 13 trabajando en el mar. “É a primeira vez que veño a unha cousa así”, apunta nada más subirse al autobús camino de Santiago en el muelle de Carril. Lo hace junto a su pareja, Pilar, que reconoce que “nunca tal acordamos” y que “loitamos non solo por nós, senón tamén polos que veñen detrás”. La suya es una historia como la de José, parquista y bateeiro, que reconoce también que “xa estiven noutras similares polo tema das bateas, pero isto xa é moito”. Manolo tiene 72 años, es vilanovés, y ve tras la Lei de Acuicultura motivos más que suficientes para “protestar na calle por primeira vez na miña vida”. La media de edad de los que cubren de un manto de paraguas y pancartas las calles de Santiago es elevada. Son manos curtidas en la seca y en las cuerdas de las bateas. Pilar, de Ribadumia, es parquista y recalca que “estamos protestando defendendo o noso modo de vida. Nin máis nin menos”. Manuel, de 23 años y de Vilanova, representa a  esos jóvenes que cogen el testigo del trabajo en la Ría. “Levo cinco anos como parquista, quero seguir vivindo disto”, matiza.
Miles de historias de bateeiros, pescadores y mariscadoras se entrelazaron ayer en las calles santiaguesas y se unieron en una voz. Desde las ocho y media de la mañana salían de los muelles arousanos los autobuses en peregrinación incansable a la capital gallega. Llegó Arousa y llegó el grito enfurecido de un sector que se considera “olvidado”. Banderas de Nunca Máis viajaron desde Arousa a Santiago. “Dende aquela manifestación non volvín ir a unha”, explicaba Luis. “Isto é histórico, todo o sector unido porque xa non podemos más”, explicaban algunos parquistas carrilexos. Y es que prácticamente nadie se fía de las palabras de la conselleira que esta misma semana anunciaban la retirada de la norma. “Cando o vexa sobre o papel, creereimo. Aínda así quedan moitas cousas por solucionar”, explicaba Santiago, un parquista carrilexo. El latido arousano sonó en el Obradoiro y volvió a casa con las pancartas preparadas “para outras batallas, porque haberá máis”.

“Teño 72 anos e é a primeira vez que me manifesto”

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