Democracia, derechos y economía

En las dictaduras de distinto signo, sea de derechas o de izquierdas, hacen lo divino y lo inhumano para retener el poder. Pero, aunque menos, también en democracia tienden a usos y costumbres para retenerlo de forma deshonesta y muchas veces ilegal. Por eso hacen lo posible para tener controlada la justicia y demás poderes no siempre para defender los intereses generales. Los que no lo tienen hacen todo lo posible para conseguirlo desacreditando al que lo tiene con procedimientos muy poco democráticos, y aunque tienen el derecho a la libertad de opinión para mentir, calumniar e insultar en vez de proponer y trabajar con racionalidad en beneficio de la gente y de paso aprenderíamos a valorar a los mejores proponiendo como resolver los problemas del conjunto de los que aquí vivimos, en vez de manipularnos y cabrearnos. No cabe duda de que la democracia es el sistema menos malo porque cuando el pueblo se cansa del gobierno puede cambiarlo por otro, mientras en la dictaduras se lo quedan todo con intención de miles de años.

En democracia no vale todo como pretenden los herederos del privilegio. Los que creen que en política vale todo, si fuera así también le valdría en lo demás. Por eso se resisten a perder el status quo para mantener los privilegios. Pero en democracia los privilegios se pueden ir eliminando poco a poco para que se impongan los más preparados y honestos cumpliendo con su deber de servir. En democracia la libertad de opinión para llevar a cabo la indecencia se impone a la transparencia, que aún brilla por su ausencia, y añadamos la ley de protección de datos, ardid para ocultar lo inconfesable, que es incompatible con la transparencia en las instituciones públicas. Pero no todas las democracias son iguales. Hay que pasar un vistazo a las que hay en distintos lugares del mundo para ver la diferencia. Las mejores tienen mejores gobiernos con ciudadanos con buena educación cívica que saber elegir buenos gobernantes a la vez que respetan y defienden el bien común.

La democracia es un bien común, por lo que no puede ser solo de los más especuladores que muchas veces corromper a los gobiernos y las instituciones democráticas. Hay que premiar el trabajo y recortar la especulación saliéndose de creencia de que es la solución cuando es pan para hoy y hambre para mañana.

No hay más que ver los productos del campo y de las fábricas están en manos de especuladores que hacen que llegue al consumidos con un aumento de más del mil por cien. Hay un refrán que dice, “compraras y venderás pero no fabricarás”. 

Democracia, derechos y economía

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