El tribunal absuelve a Cristina Cifuentes de presionar para lograr su máster

El tribunal absuelve a Cristina Cifuentes de presionar para lograr su máster
La expresidenta de madrileña Cristina Cifuentes sale de la Audiencia Provincial de Madrid, este lunes/EFE

La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a la expresidenta Cristina Cifuentes al no considerar probado que "presionara" para falsificar el acta de su trabajo de fin de postgrado, en una sentencia en la que critica su actuación como alumna y subraya que ese curso estuvo "plagado de irregularidades".

Diez días de que el juicio quedara visto para sentencia el tribunal presidido por Luis Carlos Pelluz ha dictado un fallo que absuelve a Cifuentes "con todos los pronunciamientos favorables", tras argumentar que no se ha probado que "impulsara, sugiriera o presionara" para falsificar el acta de su TFM. La sentencia es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Cifuentes, que ha acudido a mediodía a los juzgados junto a su hijo para recoger la sentencia, ha declinado hacer declaraciones ni a la entrada ni a la salida, al igual que ha hecho durante todo el proceso.

Su letrado, José Antonio Choclán, mantuvo que debía ser absuelta porque ella hizo lo que había acordado con el catedrático Enrique Álvarez Conde -procesado en la causa pero fallecido en 2019-, y además habían quedado patentes irregularidades con otros alumnos que en cambio no fueron procesados.

Tampoco han hablado con los medios las otras dos procesadas, que sí han sido condenadas: la profesora y asesora de la Comunidad de Madrid Teresa Feito a tres años de cárcel y 1.800 euros de multa, y a la profesora Cecilia Rosado a 18 meses de cárcel y multa de 450 euros.

Antes de concretar los hechos que se atribuyen a cada una, los magistrados ponen de manifiesto que el Máster en Derecho Autonómico impartido en el Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC),"estuvo plagado de irregularidades" en el año que lo cursó Cifuentes: 2012.

Entre éstas cita que hubo cambios tanto en dos notas de Cifuentes como de otro alumno, que pasaron de no presentados en una asignatura y en el trabajo fin de máster (TFM) en 2012 a tener buenas notas en ambos campos en 2014. Precisan los magistrados que el otro alumno no hizo trabajos "y no consta que tampoco lo hiciera Cristina Cifuents Cuenca".

Sobre otros estudiantes relatan que, como han contado en el juicio, presentaron el TFM pero no lo defendieron, aunque "aparecen las actas" que lo certifican supuestamente.

Precisa la Sala que fue una funcionaria de la URJC, Amalia Calonge, la que cambió las notas de Cifuentes en 2014 aunque "no tenía competencias para hacerlo".

En cuanto a Cifuentes los magistrados explican que "las sospechas legítimas que pudieran existir, no se han convertido en prueba suficiente para justificar su responsabilidad", al no quedar probado que la entonces presidenta "impulsara, sugiriera o presionara" para falsificar el acta de su trabajo de fin de máster.

Subrayan que ninguna de las otra dos procesadas dijo en el juicio "haber mantenido contacto alguno con la señora Cifuentes, tampoco con su oficina o gabinete".

El tribunal deja claro que Cifuentes, como alumna del máster, "ha revelado un conjunto de incongruencias, relevantes e incompatibles con la actuación regular de un estudiante de posgrado".

En este sentido añade que "ha reconocido que nunca fue a clase ni mantuvo contacto con ningún profesor" y se limitaba a entregar trabajos. Sobre su defensa del trabajo de fin de máster, afirma que "incluso de haberse producido, hubiera sido en extremo inexplicable" porque en 2012 ella figuraba como no presentada en la asignatura.

En cuanto a Teresa Feito argumenta que es autora responsable de un delito de falsedad en documento oficial porque queda probada su "actuación relevante, tanto en la necesidad de crear el acta, a sabiendas de que esta no existía, como la presión ejercida sobre Cecilia Rosado" para que la confeccionara, llamándola quince veces en una tarde.

Precisa que Feito estuvo en la reunión del 21 de marzo de 2018 en el Rectorado de la URJC en la que se preparó la rueda de prensa para responder a las informaciones sobre el máster de Cifuentes, y ella matizó, a pesar de las creencias de otros profesores, que la entonces presidenta había defendido su TFM el 2 de julio de 2012.

El tribunal también condena a Cecilia Rosado, aunque con las atenuantes de confesión y miedo insuperable, por haber reconocido que fabricó el acta del TFM de Cifuentes con firmas falsas de dos compañeras, y haber colaborado con la justicia.

La sala precisa que la situación de esta profesora, directora del máster, no era tan precaria en 2018 como en 2012, ya que en 2018, al saltar el escándalo, ya tenía un contrato fijo, a pesar de lo cual le reconoce las atenuantes de colaboración y de miedo insuperable. 

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