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sábado | 20 abril | 2024
El bienio 2003-2004 fue una época prolífica en cuanto a la dotación y mejora de las infraestructuras en las tres comarcas arousanas. Apenas llevábamos un año con el euro, y los políticos, quizá porque les parecía que la nueva moneda abultaba poco, siempre daban la cifra de su inversión en pesetas para que sonase más inflada. Y sí, destinaron muchos millones para cortar cintas y descorrer cortinas sobre placas con los nombres de los protagonistas. En ellas salió mucho la de Manuel Fraga, presidente de la Xunta entonces, con la apertura de la Vía Rápida entre Cambados y Vilagarcía para acabar con aquellas interminables caravanas de vehículos o para estrenar el auditorio vilagarciano, una eterna promesa que se hacía realidad gracias, en gran parte, a Xosé Cuiña, cuya relación con la capital arousana era especial y significativa. También se abrieron las nuevas dependencias de Ravella, con todas las corporaciones desde 1958 presentes o el paseo del Rio de O Con.
Los auditorios de A Xuventude, en Cambados, y el de A Illa, con la Casa Consistorial también vieron la luz, así como la nueva lonja isleña, que ya podía subastar mariscos y pescados de la Ría, toda vez que desde febrero se levantó la prohibición provocada por la marea negra del Prestige. Ver a las mariscadoras con sus mallas de marisco en la cabeza hacia los puntos de control fue todo un acontecimiento. Pero el mar, a cambio de ser tan productivo, también se cobra un alto precio para ello y en este periodo fue el naufragio de “O Bahía” que se llevó la vida de Antonio Domínguez salpicando de dolor al pueblo cambadés. En cuestiones más mundanas relacionadas con la gestión, la Consellería de Pesca intervenía la Cofradía de Vilaxoán y en Ribeira, el capitán del “Wisteria” se enfrentaba a la acusación de abandonar a su suerte a cuatro polizones en una balsa.
Este sería solo uno de los numerosos sucesos que salpicaron nuestras comarcas. Uno de los más mediáticos fue el atentado de ETA en Sanxenxo, en el marco de su campaña de terror contra los destinos turísticos, con una bomba en el puerto deportivo.
Mediáticas fueron también las últimas operaciones del juez Vázquez Taín antes de su traslado como magistrado a Mataró y entre las que destacó la descarga de 101 fardos de cocaína que iban a bordo del “Poseidón”. Hablando de narcobarcos, el “South Sea” abandonaba el puerto de Vilagarcía.
Una reyerta en el mercadillo de Cambados entre clanes y con decenas de implicados acabó con varios heridos graves por arma blanca y una gran alarma en la localidad ante el temor a las represalias que no llegaron a producirse.
Dolor causó el incendio del retablo en la iglesia de Solobeira tras el robo del dinero de los cepillos y un cáliz de plata, así como el fuego que, por suerte sin víctimas, afectó a Automóviles La Junquera. Llamativa fue también la operación policial que permitió desarticular a los integrantes de una banda del Este que escondía sus botines en un zulo situado en O Mosteiro.
¿Y en la política? Hubo de todo. Comenzó el bienio con la triste noticia del fallecimiento de Miguel Ángel González, llamado a ser candidato del PP y que sumió en el dolor a la ciudad y continuó con el hecho histórico de que Rafael Louzán se convirtiera en el primer presidente arousano de la Diputación de la historia. En las municipales de ese año Javier Gago perdió la mayoría absoluta, y en Ribadumia hubo que esperar hasta el tiempo de descuento para que la Justicia, recontando el voto emigrante, determinara que finalmente sería el PP de Salomé Peña y Louzán quien se impusiera en las urnas a los independientes de Nené Barral por una exigua diferencia de un par de votos. Para la historia quedará también la firma del Convenio de Segregación entre Vilanova y A Illa que puso fin a un proceso que se demoró durante siete años y medio. En O Barbanza también hubo tormenta política, sobre todo en Boiro con la marcha de Manuel Velo y Antonio García del PSOE.
Durante el bienio ocurrieron mil cosas más como la histórica votación en la que tres bodegueros de la comarca de O Salnés se decantaron a favor de que la sede del Consello Regulador de la Denominación de Orixe Rías Baixas se ubicase en el Pazo de Mugartegui de Pontevedra y no en Cambados, conocida como la capital del albariño.
Las movilizaciones ciudadanas marcaron también la agenda informativa como la protagonizada por los vecinos de Vilaxoán para que se mantuvieran los derechos de explotación pesquera y marisquera en Aduana o la de los de Bordóns, en Sanxenxo, que protagonizaron un intenso calendario de protestas contra la llamada Ronda, una vía de circunvalación que les afectaba de forma decisiva y que con el tiempo se paralizó.
Y la que se montó en Ribadumia con la tala de árboles tricentenarios en la carballeira de Leiro fue de las que todavía se recuerdan con cientos de personas protestando por esta acción y que motivó la intervención de la Guardia Civil, que también tuvo trabajo cuando los comuneros de Noalla impidieron el vallado de A Lanzada.
Otra movilización histórica, aunque de distinto signo, se produjo en Cambados cuando doce mil personas vibraron con el concierto de Maná en el viejo campo de A Merced. Y la mejor noticia ocurrió en Rianxo, donde el Gordo dejó 120 millones de euros.
