Díaz Ayuso se cree la única libertadora

Ayuso se extralimita y se proclama sin pestañear la única libertadora de Madrid, ofreciéndose para liberar al resto de los españoles. No reconoce la libertad que aportan los demás, no tiene en cuenta a los votantes que eligieron libremente un gobierno social comunista. Como prueba está su afán por ataques propagandísticos a Sánchez a costa de la pandemia y, por la misma razón, fabrica la cortina de humo para adquirir la vacuna comunista sputnik para inyectar a los madrileños lo mismo que hizo con los venezolanos el bolivariano Maduro, otro comunista, a sabiendas de que ni siquiera la puede comprar el gobierno de España porque es competencia de la UE.


La presidenta de la comunidad de Madrid acusa a los demás de electoralismo. Se le queda pequeño su territorio con abandono de su responsabilidad, que obvia sus deberes con déficit de gestión. Pretende sombrear la imagen de todos los demás presidentes, incluso la de Casado, hablando en nombre de todos, a diferencia de sus competidores que forman parte de esa España que ella no quiere compartir los acuerdos del Consejo Interterritorial sobre la pandemia.


Madrid es la Capital de España, donde se concentra el mayor poder político-económico-administrativo del país, por eso irradia modos y maneras políticas donde todo vale para retener el poder, o alcanzarlo cuando no se tiene; de ahí la virulencia verbal y la manipulación de los hechos, a excepción del candidato socialista Gabilondo, uno de los pocos políticos serios dialogantes que quedan y que España necesita. Cosa que cualquier persona, no sectaria, puede observar sin hacer demasiado esfuerzo.


Muchos electores votan a partidos y personas ruidosos con influencia de marketing político y caras bonitas como la de Ayuso, que está centrada en hacer oposición al gobierno central con lengua afilada que atrae a muchos votantes sin importarles la gestión ni la honestidad, únicos valores cívicos que cabe esperar de los políticos. Las elecciones de la comunidad de Madrid no son las elecciones generales de España, como pretende hacernos creer Díaz Ayuso. Mientras, los de su partido se limitan a cumplir sus obligaciones reclamando sus derechos sin tanta crítica al gobierno central por tener competencias compartidas. Queda claro que Díaz Ayuso es una excelente inventora y agorera de catástrofes de los demás, erigiéndose en la única libertadora para unos pocos. Su intifada contra el gobierno central ha superado al Sr. Torra, expresidente de la Generalitat.

Díaz Ayuso se cree la única libertadora

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