La Fundación Amigos de Galicia se ha personado como acusación particular en el juicio contra el salesiano cambadés, Segundo C.V., que arranca hoy en la Audiencia de Pontevedra como acusado por la Fiscalía de 11 delitos de abusos sexuales contra seis menores de 16 años en un campamento de verano, una peregrinaje a Santiago, en su despacho y durante el visionado de un partido de fútbol. El abogado de la entidad pide para él penas de entre seis y cuatro años de prisión. Cabe recordar que, por su parte, la acusación pública solicita un total de 67 años de prisión y 22.500 y 60.000 euros por los daños morales causados y el trastorno de estrés postraumático, respectivamente, que sufren lo niños tras los hechos y según señalan los informes periciales.
La fundación explica que se persona siguiendo sus estatutos, en aras de que los derechos de los menores “prevalezcan” y, de hecho, lo está en otros ocho casos de Galicia con niños implicados, como el crimen de Valga. No obstante, exigen la “existencia de más herramientas de control” de estas situaciones para que “cuando salte la alarma (...) se actúe inmediatamente para evitar el mayor daño posible a los niños indefensos”. Y es que “se estima que solo el 15 % de los casos de abusos son denunciados”, añade.
Su letrado, Francisco José Lago Calvo, indica en su escrito de acusación que Segundo C.V., natural de Cambados, pero docente en el colegio Salesiano de Vigo, “sirviéndose de la confianza que tenían los menores con él, y aprovechando la situación de superioridad que ostentaba” por su cargo y “con el propósito de satisfacer su ánimo lúbrico y de atacar la indemnidad sexual de los menores que tenía a su cargo, llevó a cabo diversos comportamientos lascivos consistentes en tocamientos en diversas partes del cuerpo” sobre los seis niños, que en el momento de los hechos, en 2019, tenían 15 años.
También pone de manifiesto las “graves secuelas” que esto dejará en su “desarrollo emocional” y “en muchos casos irreparables”. De hecho, los informes psicológicos ya indican que sufren trastornos de estrés postraumático entre otros, así como que sus “rendimientos académicos” se han visto, añade, “notablemente afectados”.
El juicio se desarrollará entre hoy y el jueves, pero las partes han pedido que, al tratarse de menores, sea a puerta cerrada para proteger su derecho a la intimidad y que puedan testificar tras un biombo.