La octogenaria que fue agredida en A Pobra tiene seis costillas rotas

La octogenaria que fue agredida en A Pobra tiene seis costillas rotas
Alguien incendió el felpudo del piso de la octogenaria y la familia sospecha que fue el agresor

La octogenaria pobrense que el viernes fue víctima de una brutal agresión, presuntamente causada por un vecino de una edad similar a la de ella, presenta múltiples lesiones graves, como la fractura de media docena de costillas del lado izquierdo. Así consta en el parte médico que se emitió por la asistencia sanitaria que se le prestó en el Hospital do Barbanza, en donde permanece ingresada en planta y a donde fue evacuada por una ambulancia del 061 tras registrarse los hechos. En el mismo también se le diagnostica volet costal debido a la presencia de focos de fractura en cuatro arcos costales contiguos, la fractura de la punta de la escápula izquierda con extensión al cuerpo, sospecha de fractura de la vértebra L4 y excoriaciones o rozaduras en la región fronto-temporal izquierda y antebrazo derecho. pese a ello y a que la Guardia Civil acudió al domicilio del presunto agresor, este último aún no fue detenido, a la espera de lo que decida la autoridad judicial.

Familiares de la víctima indicaron que pese a la paliza que le propinó el agresor y que la va a mantener varios días hospitalizada, esta pobrense de 85 años, de poca estatura y de 45 kilos de peso, mantuvo siempre la consciencia y pudo relatarle al médico lo que le había pasado. Según la denuncia presentada en la Guardia Civil, los hechos tuvieron lugar a las 11.20 horas del viernes cuando la referida mujer regresaba del mercado cuando, al llegar al edificio de la Rúa Tetuán donde reside, se encontró con el agresor en el portal y, sin que mediase palabra alguna entre ellos, el varón le propinó un puñetazo, empujándola contra las escaleras, golpeándose ella en el costado y brazo izquierdos. La familia agregó que, aprovechándose de que la octogenaria estaba tirada en el suelo, el agresor le estuvo propinando patadas y puñetazos, “destrozándoa viva”, y añadieron que se marchó dejándola tirada, y que se la encontraron “muy dolorida, muy disgustada y llorando”.

Una hija de la víctima también denunció hace semanas que su madre la llamó muy nerviosa pues alguien le había prendido fuego al felpudo de su piso, algo que pudo comprobar la Guardia Civil, aunque el fuego se había consumido, que incluso se vio afectada la puerta y que también habían incendiado una bolsa de basura que ella dejara en el pasillo para que otro vecino la bajase y depositase en el contenedor. Aunque no vio al autor, en aquel momento indicó que podría ser el vecino que ahora presuntamente la agredió, o bien su mujer, pues advertía que ya la amenazaron con anterioridad, y recordó que en octubre pasado denunció que lo hizo con un cuchillo. Y añadió que, aunque las amenazas ya se producían desde hace tiempo, la víctima estuvo esperando a que parasen, pero al proseguir fue cuando a mediados de octubre del año pasado, y otras 7 veces posteriores -en algún mismo día incluso en dos ocasiones-, empezó a requerir la presencia de la Policía Local y Guardia Civil por problemas con esa persona, y subraya que teme por su vida, por lo que pidió una orden de alejamiento y de comunicación sobre ellos.

Respecto a la denuncia de amenazas leves en la que se indicaba que un vecino usó un cuchillo, el Juzgado de Primera Instancia Número 2 de Ribeira dictó hace un mes una sentencia absolutoria a favor del denunciado, que sería el que supuestamente ahora agredió a la octogenaria, y también favorable a su mujer. Pese a considerar probado que el acusado acudió al domicilio de la víctima, que llamó a la puerta y le dijo a la vecina “ábreme a porta, asesina, ladrona e devólveme as cousas que me roubaches”, la jueza consideró que la prueba practicada en juicio no fue suficiente y que tiene serias dudas sobre lo sucedido “para fundamentar una sentencia condenatoria”.

En ese sentido, señaló que no coinciden las declaraciones de la denunciante y de un testigo, pues mientras ella manifestó que no vio lo que llevaba en la mano y que si supo que portaba un cuchillo fue porque se lo dijo el vecino que avisó a la Benemérita, pero esta última no hizo constar que sus agentes vieran arma blanca alguna. De ese testigo dijo que, al tener mala relación con los denunciados, no reúne las condiciones de imparcialidad y objetividad, y que no mantuvo su versión, pues a la Guardia Civil le dijo que el vecino le dijo a la denunciante que la iba a matar, pero que en el juicio no declaró nada de eso.

La octogenaria que fue agredida en A Pobra tiene seis costillas rotas

Te puede interesar