El Estatuto de Galicia cumple 40 años sin atisbos de una reforma próxima

El Estatuto de Galicia cumple 40 años sin atisbos de una reforma próxima
Alberto Núñez Feijóo y dos de sus predecesores en el cargo, Emilio Pérez Touriño (d), y Fernando González-Laxe, antes de participar en una mesa redonda sobre el estado autonómico/EFE

Los partidos con representación en el Parlamento gallego -PPdeG, BNG y PSdeG- han evidenciado este martes las discrepancias que mantienen sobre el actual estado del Estatuto de Autonomía de Galicia, ya que mientras los nacionalistas abogan por caminar hacia un “nuevo estatus político” y los socialistas se abren a reformar el actual texto desde el PP advierten sobre las “frustraciones” que supondría abrir este debate.


Así lo han explicado durante su intervención en una mesa redonda en la jornada "Galicia. Corenta anos de autonomía (1981-2021)", celebrada en el Hostal dos Reis Católicos, que ha estado conducida por la subdirectora del Faro de Vigo, Irene Bascoy.


El portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, ha insistido en que abrir el debate sobre una reforma del Estatuto podría generar “frustraciones” al partir de “falsas expectativas” ya que, en la actualidad, no existe consenso entre los partidos con representación.


Si el acuerdo unánime no fue posible en el 1981, ahora “es más difícil”, ha advertido el dirigente popular que advierte que la postura del BNG, partido principal de la oposición, es de un nuevo marco y no de pequeños avances.


“El BNG no quiere llegar a acuerdos estatutarios, lo que ellos quieren es otra cosa”, ha remarcado Puy, que alertó sobre las consecuencias que la formulación de un nuevo estatuto ha tenido en territorios como Cataluña, donde hay una “división social" que él no quiero para su país, ha advertido.


En opinión de Puy, el debate actual no debe pivotar sobre una reforma estatutaria sino que debe orientarse hacia una mayor y mejor cooperación de las comunidades autónomas con el Gobierno del Estado.


Además, Puy ha puesto en valor la gestión actual que hacen las comunidades autónomas de las competencias descentralizadas, como la sanidad, que permitió llevar a cabo el proceso de vacunación con un notable “éxito”.


Frente a ello, el diputado del BNG Luis Bará ha echado en falta “autocrítica” respecto al Estatuto vigente que está en momento de “letargo y de anemia” porque Galicia lleva una docena de años sin recibir ninguna nueva competencia, a diferencia de otros territorios.


Esto ha contribuido al “agotamiento” del actual marco en el que el nacionalista también observa otros problemas como la “brecha generacional”, ya que una gran parte de la sociedad no pudo votar en el 1981 por lo que, a su juicio, no se siente totalmente interpelada por el texto estatutario.


Un documento que también presenta “problemas de legitimidad” dada la “falta de entusiasmo, la falta de participación y la actitud de desconfianza con la que se aprobó” hace ya cuatro décadas.


En este sentido, Bará ha criticado el inmovilismo de PP y PSOE respecto avances para dotar a Galicia de un mayor autogobierno que permita solventar estas problemáticas, pese a que un Ejecutivo que estuviese dotado de “más competencias y más transferencias sería positivo y favorable para resolver algunos de los problemas” de Galicia, considera.


A su parecer, existen “directrices políticas” que desde Madrid impiden caminar hacia este modelo ya que el “debate territorial ahora es conflictivo”, ha censurado.


Así las cosas, ha reiterado que su formación continuará abogando por un “debate de más calado para construir la Galicia que queremos para el futuro” en un contexto en el que, en todo caso, el BNG no defiende una reforma del estatuto, sino "un nuevo estatus político".


Por su parte, el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, ha aplaudido el texto aprobado en 1981 que “en aquel momento permitió hacer una de las mejores páginas políticas de Galicia y evitó que Galicia fuese un modelo autonómico de segunda división”.


Pese a ello, desde el socialismo gallego entienden que hay que “avanzar y modernizar” este texto porque, aunque es de vital importancia destacar la utilidad del Estatuto, también hay que comprender que “debe ser actualizado” conforme a los “nuevos tiempos”.


Una actualización que tampoco debe suponer una enmienda a “todo lo anterior” pero sí debe avanzar hacia la consecución de “más derechos y libertades” para los ciudadanos gallegos, según ha explicado.


En este sentido, Caballero ha reivindicado la postura de su partido en este debate, que difiere de la intención de “ruptura” que representa el BNG pero que también escapa de la intención “recentralizadora” del PP. 

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