RIVEIRA - El nuevo mercado abre sus puertas con el gran objetivo de ser referente comercial y turístico

Fue necesario esperar cuatro años desde la demolición de la antigua plaza de abastos de Riveira, y en los que hubo que superar un sinfín de vicisitudes, pero a última hora de la tarde de ayer se pudo llevar a cabo el acto de inauguración del nuevo y moderno mercado municipal. Y se procedió al descubrimiento de placa a cargo de la placera más antigua, María Teresa Domínguez Caamaño, que lleva más de medio siglo al frente de su puesto de frutas y verduras. Se trata de una instalación que esta martes abre sus puertas sus puertas al público, en su planta baja con 21 placeros en sus respectivos puestos de pescado, carne, frutas y otros de carácter perecedero. El acto institucional contó con la presencia del conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde -su departamento colaboró con una aportación de 900.000 euros-, y el alcalde, Manuel Ruiz, que coincidieron en señalar que el objetivo de esta instalación es convertirse en un referente comercial y un atractivo adicional para el turismo.
Sobre este último aspecto indicó aún más si cabe el mandatario local al poner como ejemplo que el mercado de Santiago de Compostela es el segundo lugar más visitado después de la Catedral, y que eso es lo que pretende que suceda en la capital barbanzana, gracias a las instalaciones y al atractivo de productos como el pescado fresco del principal puerto de bajura de Europa que es Riveira. Respecto a la plaza de abastos, los titulares de los puestos coincidieron en señalar que, tras las dudas que tenían sobre el espacio de los mismos, parece que no son tan pequeños como parecían antes de montar todo.
Ruiz anunció que los cuatro puestos de que dispondrá la primera planta -una panadería, una charcutería, un kiosko y un ultramarinos-, con lo que se complementa la oferta de la inferior, salgan a licitación el próximo mes y por un periodo de 50 años, para lo que se está elaborando el pliego de condiciones. Añadió que la última planta y la azotea tendrán un uso como restaurante, pero que pretende vincularlo con un centro homologado para la formación en hostelería en la planta inmediatamente inferior, con un taller de 140 metros cuadrados  y que contará con 16 cocinas para el alumnado y otra para el profesor, zona de repostería y otras.