RIANXO - Salva la vida a su compañero al mantenerlo a flote cinco horas

RIANXO - Salva la vida a su compañero al mantenerlo a flote cinco horas
Diario de Arousa-2014-07-27-019-7424cd9e

Acostumbrados a escuchar en O Barbanza como los graves accidentes en el mar acaban en tragedia, ayer se registró uno más que en el que a punto estuvo de suceder lo mismo. Dos pescadores de la flota del xeito de Rianxo lograron sobrevivir a un naufragio sufrido en torno a la una y media de la madrugada del sábado poco después de salir a faenar en dirección a la zona de Seixo, en las inmediaciones de Vilanova. Ello fue posible ya que se dieron varias circunstancias que contribuyeron a ello: en primer lugar, porque ambos salieron con vida del siniestro; en segundo, debido a que uno de ellos, el de mayor edad, consiguió sujetar a su compañero durante unas cinco horas; y por último, a que pudieron ser rescatados por la tripulación de un barco bateeiro que acababa de llegar a trabajar por la zona.
Se trató de los rianxeiros José Alcalde González y Francisco José Vicente Rodríguez, de 41 y 47 años, respectivamente, que salieron despedidos por el aire tras impactar su planeadora contra una batea del polígono A de Vilagarcía. La lancha dio una vuelta de campana y fue a parar sobre la plataforma flotante de madera usada para el cultivo del mejillón. El segundo de los tripulantes mencionados salió despedido hacia uno de los laterales de la mejillonera, mientras que el otro fue volando junto con la lancha. De hecho, este último se golpeó contra los puntones y vigas de la batea para luego ir a parar al agua. Tanto uno como el otro fueron rescatados con síntomas de hipotermia, tras haber pasado algo más de 5 horas en el agua.
Según indicó el padre de José Alcalde González desde el Hospital Clínico de Santiago, a donde fue evacuado su hijo en helicóptero, el informe médico señala que tiene perforado el pulmón, la clavícula y cuatro costillas rotas, una fractura en el brazo a la altura del hombro y una pierna rota por dos sitios. Por ese motivo, permanece ingresado en la UCI del complejo sanitario compostelano. Su compañero, que fue evacuado por una ambulancia del 061 al mismo centro hospitalario, presentaba algunas heridas de carácter leve, sobre todo en las piernas, debido a las varias tentativas que hizo para subirse por las cuerdas y encaramarse a lo alto de la mejillonera, estaba previsto que recibiera el alta hospitalaria ayer o a lo largo de la jornada de hoy, pues se estaba pendiente de la evolución de la fiebre elevada que se le diagnosticó.
Según indicaron fuentes consultadas por este periódico, según pasaban las horas el desánimo empezó a pesar sobre ambos, especialmente en el más joven de los dos, que le manifestó a su compañero que quería dejarse llevar para el fondo del mar, pero el otro lo sujetó con todas sus fuerzas durante todo el tiempo. Además, le transmitió palabras de aliento para que tratase de aguantar hasta que llegara alguien que los viera para rescatarlos. Fue poco después de las seis y media de la mañana cuando vieron pasar un barco bateeiro, el “Vidal Ouviña”, patroneado por Juan Rodríguez Ordóñez, de 45 años, al que acompañaban otros tres tripulantes. Aunque Francisco José Vicente le hizo señales de auxilio tras un último esfuerzo por subirse a la batea, no lo vieron ni escucharon en un primer momento, pero cuando ya estaban trabajando sobre una estructura flotante para la cría de mejillón empezaron a oír algo, por lo que apagaron los motores y pudieron percatarse de que eran gritos de socorro.
Fue entonces cuando soltaron los cabos y se fueron acercando hasta donde estaban los náufragos y la lancha con la quilla arriba encima de la batea. Recogieron a Francisco José Vicente con rapidez, mientras que con José Alcalde tuvieron más complicaciones pues no podía moverse. Desde la propia batea lo fueron moviendo hasta uno de los laterales para poder rescatarlo y subirlo en un cesto del bateeiro, para luego meterlo en el barco. Desde allí, el bateeiro se dirigió al muelle de Rianxo, en donde aguardaban sendas patrullas de la Guardia Civil y Policía Local de Rianxo, además de dos ambulancias y un helicóptero. Allí mismo ya trataron de subirles la temperatura de sus cuerpos para que  se fueran recuperando de la hipotermia y no fuera a peor.

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