Pasaban escasos minutos de la medianoche del miércoles al jueves y los vecinos del barrio riveirense de Deán Pequeño comenzaron a sentir el ruido de gente corriendo por la calle. Inicialmente no le dieron más importancia, pero a la segunda vez ya salieron a la ventana y pudieron ser testigos de lo que estaba pasando. Dos individuos habían forzado una puerta y entrado en un inmueble de la zona que sus propietarios, que residen habitualmente en Lugo, tienen como segunda vivienda, y habían sacado una televisión plana, tal y como pudo ver una vecina. Acto seguido, llamaron a la Policía, a la que al parecer y habían alertado los dueños tras comprobar desde la distancia lo que estaba pasando a través de las imágenes que recibían de las cámaras de vigilancia que hay en la casa.
Hasta el lugar acudieron dos patrullas de la comisaría de Riveira, que también pidió la colaboración de los agentes municipales para tratar de dar con los dos ladrones, pues después de estar persiguiéndolos parecía que se les habían escapado. Según algunos testigos, los policías nacionales y locales estuvieron recorriendo las calles del barrio e incluso llegaron hasta la zona de As Carolinas, por donde creían que los dos cacos se dieran a la fuga. Tras rastrear por esa zona no encontraron a nadie, por lo que regresaron hacia Deán Pequeño, donde algunos residentes vieron a dos jóvenes esconderse en un patio frontal de una vivienda, y uno de ellos acabó perdiéndose por un vial oscuro.
Cuando ya daban casi por imposible encontrarlos, uno de los policías nacionales vio agachado en una esquina junto un lavadero a un individuo, que parecía dormido. Su presencia en ese lugar llamó la atención de los agentes de la comisaría, pero él se mostró muy sorprendido de que se lo quisieran llevar y decía desconocer lo que pasara. De todas maneras se lo llevaron para identificarlo, pero no quedó detenido, pues no se le encontraron objetos usado en el robo, ni el televisor sustraído. Ese electrodoméstico lo encontraron tirado en ese entorno después de que los cacos se deshicieran de él en su huida. Ahora queda por delante el trabajo de recogida de huellas y otras pruebas por parte de las unidades judicial y científica para dar con los autores de este robo con fuerza.