“Cuando jugábamos, Róber ya veía el fútbol de otra manera”

Menos de dos años después de su decisión de colgar las botas en el Arosa para centrar su carrera profesional en la faceta de entrenador, como ayudante de Claudio Giráldez, el porriñés Róber Fernández debutará este domingo en Primera División como segundo entrenador del Celta. Una proyección meteórica del campo al banquillo  de Primera Division que es muy habitual en los exfutbolistas de máximo nivel, pero no en el caso de los que vienen de más abajo. 

La oportunidad que le brinda el Celta a Claudio y Róber puede parecer una medida desesperada o una solución de urgencia, pero el trabajo de ambos en el filial de Primera RFEF y sus resultados indican que es la decisión acertada y lógica. Tanto, que el celtismo ha recobrado la ilusión pese a que el objetivo es pelear por la permanencia.

Si hay personas en el fútbol que conocen bien a Róber Fernández y pueden hablar de su talento son sus ex compañeros del Arosa del denominado “coche de Vigo”, que esta semana han vivido los acontecimientos con la misma emoción que el propio exdelantero arlequinado. Dos de ellos, Alberto Campillo y Pedro García, que se retiraron el pasado verano tras unas dilatadas trayectorias sobre todo en Segunda B, reconocen que no les sorprende el prematuro aterrizaje en la élite del joven cuerpo técnico del Celta. 

Campillo, que es íntimo amigo desde hace mucho tiempo de Claudio Giráldez, con el que jugó en el extinto CD Ourense, explica que “cuando jugábamos, Róber ya veía el fútbol de otra manera, desde la perspectiva de entrenador”. Campillo dice que “conozco su forma de pensar y le auguro éxitos al lado de Claudio, ambos comparten las mismas ideas, las tienen muy claras y por eso hacen tan buen tándem. Además,  la forma  de jugar que plantean creo que le puede favorecer mucho al Celta en estos momentos, al margen de la ilusión y el empeño que le van a poner para sacar el equipo adelante”.

Por su parte, Pedro García reconoce que el propio martes cuando se conoció la noticia, “nos hizo una videollamada a los del coche de Vigo y era un mar de lágrimas, me alegré de corazón por un buen amigo que se lo merece muchísimo, es un reconocimiento al talento, tanto al de Claudio como al suyo, que son dos buenos amigos de la vida y del fútbol y que se han complementado muy bien y se lo han currado”.

Para Pedro García, Róber es un genio del entendimiento del fútbol y pone de ejemplo una anécdota. “En el Ourense CF la temporada se nos había complicado mucho y recuerdo una conversación con nuestro entrenador _ Fran Justo_ que que nos pidió consejo. Róber le explicó el perfil de jugadores que teníamos y cual era el sistema que debíamos utilizar y el entrenador le hizo caso. Yo aluciné con la charla técnico-táctica que dio Róber”, cuando todavía era jugador.  “Dentro del campo te orientaba y sólo con escucharle y hacerle caso ya sacabas beneficio. Como jugador ya era capaz de leer todo lo que sucedía a su alrededor. Gran parte del éxito del ascenso del Arosa fue tener a Róber en el campo como extensión de Rafa (Sáez)”, explica el vigués.

García también destaca la capacidad analítica de su excompañero tanto antes como después de los partidos. A la vez que lamenta la lesión que sufrió Róber en el Arosa, justo la temporada en la que por primera vez iba a jugar en Segunda RFEF. “Creo que eso incluso le ayudó para analizar más el fútbol y centrarse en su trabajo en A Madroa”. Pedro García sabe que la estrategia y el balón parado en el Celta “lo va a llevar él y con su trabajo va a conseguir que sea un equipo más productivo en ataque y en defensa”. El vigués está convencido de que “al Celta le va a ir bien”.