A Pobra le debe mucho a Pepe Moure. Y en concreto el deporte, todo el deporte, aunque de forma especial el atletismo. Y por eso A Pobra, el deporte y el atletismo le brindaron un emotivo y merecido homenaje al que fue uno de los fundadores en 1984 de la Asociación de Atletismo e Deportes do Barbanza, club que casi tres décadas después ha ido creciendo hasta tal punto de tener en sus filas ni más ni menos que a una campeona del mundo júnior y la gran esperanza del atletismo español, Ana Peleteiro. Ella también quiso estar en la cena de homenaje celebrada en el restaurante Torre Xunqueiras, como otras 130 personas entre las que se encontraban los alcaldes de A Pobra y Riveira, Isaac Maceiras y Manuel Ruiz; el presidente de la Federación Galega de Atletismo, Isidoro Hornillos: el jefe de servicio de Deportes de la Xunta, Roberto García; muchos que compartieron con él algún momento de su trayectoria y sobre todo “as miñas nenas”, que son las atletas del club, las cuales provocaron el momento más emotivo del acto al entregarle un cuadro con varias fotos de momentos importantes de la historia del club, un detalle que le formó un nudo en la garganta a Pepe Moure, que cuando habla de “sus niñas” le cambia la cara y se le ponen los ojos brillantes.
La conductora del acto comenzó dando valor a dos conceptos claves en el deporte: Constancia y perseverancia. Dos ideas que van de la mano de Pepe Moure. Él las puso en práctica en su vida y él se las ha recordado siempre, y lo sigue haciendo, a los jóvenes deportistas.
En su extenso currículum destaca su tremenda iniciativa para poner en marcha proyectos deportivos como hizo en atletismo, volei playa, kayak de mar, piragüismo, motocross... y que tuvo un gran broche al ser portador en 1992 de la antorcha olímpica a su paso por Lugo. Tras el repaso a su brillante carrera deportivo llegó el momento de los obsequios, las felicitaciones y los elogios de las autoridades, todo ello salteado por imágenes de su vida y trayectoria deportiva, incluso desde su niñez.
El propio Pepe Moure puso el colofón al acto con un breve pero intenso discurso que comenzó reconociendo que de camino al restaurante, en solo tres minutos “pasoume toda a miña deportiva pola cabeza”. Volvió a destacar “ás miñas nenas”, a las que elogia “pola disciplina, constancia e calidade humana que teñen, ademais do talento deportivo” y concluyó reconociendo que “houbo momentos duros pero agora só me quero acordar dos moitos bos que tamén houbo”.